Evan Engram, un tight end que es más un receptor grande
El jugador de Ole Miss es un exponente más de lo mucho que ha cambiado la posición en los últimos tiempos, donde bloquear es secundario.
Con el pick 23 los New York Giants eligieron a Evan Engram, una nueva arma poderosa para un ataque aéreo de ensueño.
Hace años, sería impensable que un tight end como Evan Engram fuese a ser algo más que una rareza, una apuesta extraña, con la que gastar una ronda inferior y ver en que acaba la cosa. Pero la NFL ha cambiado mucho en los últimos tiempos, y en esta posición más.
Porque Engram es, en esencia, un receptor muy alto, muy grande, muy fuerte. No es ningún bloqueador ni se estima que vaya a ser un factor en el juego de carrera o en la protección de su quarterback. En Ole Miss brilló en un ataque tenía más estrellas que él, pero muy pocas con su capacidad para dejarnos con la boca abierta, su facilidad para las grandes jugadas y su presencia en la end zone para coger los pases de touchdown.
Si se le usa bien, si se tiene un esquema ofensivo que aproveche esas virtudes y esconda sus también evidentes defectos, aquí hay material muy serio. Y, por suerte para él, casi todo los coordinadores ofensivos de la liga tienen muy claro que la NFL, a día de hoy, aprovecha estos jugadores hasta el tuétano.