Bautista derrota al número uno Djokovic en Shanghai
El tenista español derrotó al serbio por un doble 6-4 y jugará el domingo su primera final de Masters 1.000 ante Murray o Simon.
Djokovic haciendo pedazos violentamente una raqueta, esparciendo por la pista esquirlas de duro grafeno al final del primer set. Djokovic destrozando su camiseta, rasgándola desesperado como el increíble Hulk. Y Roberto Bautista gritando al cielo, rodillas en tierra, soltando la tensión. Fueron las imágenes que dejó la semifinal de Shanghai, que se adjudicó el español por un doble 6-4 para jugar mañana domingo (10:30, Movistar Deportes 2) su primera final de Masters 1.000 ante Andy Murray o Gilles Simon. Por primera vez, el castellonense tumbaba al número uno del mundo. Por primera vez, jugará por un gran título.
Bautista, que escalará desde el puesto 19º del mundo a los 15 primeros el lunes, advirtió en la previa que se sentía fuerte para afrontar el gran reto. “Puede ser un buen momento para jugar contra él”, avanzó. Sabía que en el tenis del caníbal habían aparecido grietas que no se vislumbraban hasta mitad de año. El serbio, campeón este año en dos Grand Slams y cuatro Masters 1.000, parece y es más vulnerable. Con fantasmas rondando su mente desde que perdiera en primera ronda en los Juegos de Río y la final de un extraño US Open frente a Stan Wawrinka.
Sin Nadal ni Ferrer, eliminados en primera ronda, Bautista parece haber alcanzado su madurez en Shanghai a los 28 años y en una temporada en la que ya ha ganado en Auckland y Sofía. En la primera manga, aprovechó ya una bola de set al resto con 5-4. En el segundo, desperdició una ventaja (de 4-2 a 5-4) y tuvo que pasar el calvario de disponer de tres bolas de partido con su saque que por los nervios no supo concretar. El sudor frío parecía recorrerle el rostro ante la posibilidad de derribar al tótem. Falló por sus errores y porque el de Belgrado sacó su magia en algunos puntos. Pero olvidó pronto las oportunidades perdidas. Consiguió otra bola de rotura y partido y con un paralelo abrochó su gran día. Mañana, pisará la final de un Masters 1.000.