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Estados Unidos

¿Qué es la ivermectina y por qué la FDA no aprueba su uso para tratar el COVID-19?

El quarterback de Green Bay Packers, Aaron Rodgers, reconoció haber utilizado la ivermectina para tratar el COVID-19, pero ¿por qué la FDA no la ha aprobado?

Estados UnidosActualizado a
El quarterback de Green Bay Packers, Aaron Rodgers, reconoció haber utilizado la ivermectina para tratar el COVID-19, pero ¿por qué la FDA no la ha aprobado?
NurPhotoNurPhoto via Getty Images

Aaron Rodgers se ha convertido en la polémica de la semana después de haber dado positivo por COVID-19 y confesar este viernes que no se vacunó contra el coronavirus debido a que tiene alergias contra uno de los componentes que utilizan las vacunas de Moderna y Pfizer.

Sin embargo, el mismo quarterback también reveló durante una entrevista en 'Pat McAfee Show' que para tratar el virus ha utilizado la ivermectina, un tratamiento que han utilizado muchos estadounidenses para prevenir y tratar al COVID-19, pero que está prohibido por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés).

¿Por qué la FDA no la ha aprobado?

A pesar de que Rodgers señaló que un amigo fue quien le recomendó una serie de tratamientos que incluía la ivermectina, la FDA señaló como algo negativo el uso de este tratamiento poco convencional debido a que recibieron múltiples informes de personas que tuvieron que ser hospitalizadas después del uso de la ivermectina.

La agencia señaló que las tabletas de ivermectina están aprobadas en dosis muy específicas para algunos gusanos parásitos en animales y para tratar a personas con estrongiloidiasis y oncocercosis intestinales. Además, existen formulaciones tópicas (sobre la piel) para los piojos y las afecciones de la piel como la rosácea.

Además, tomar grandes dosis de este medicamento es peligroso y puede causar daños graves. El uso excesivo de la ivermectina puede provocar náuseas, vómitos, diarrea, hipotensión (presión arterial baja), reacciones alérgicas (picor y urticaria), mareos, ataxia (problemas de equilibrio), convulsiones, coma e incluso la muerte.