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SEMANA 14

Los Browns, a consolidarse como contendientes

La noche del lunes, Cleveland recibe a Baltimore en el juego en el que los Browns pueden sacudirse el estigma de eternos perdedores.

Estados UnidosActualizado a
La noche del lunes, Cleveland recibe a Baltimore en el juego en el que los Browns pueden sacudirse el estigma de eternos perdedores.
Will NewtonGetty Images

Cuando los Ravens derrotaron 38-6 a los Cleveland Browns en la Semana 1, parecía que nada cambiaría en 2020 para estas dos franquicias.

Baltimore, que en 2019 terminó con el mejor récord de la temporada regular, era uno de los favoritos para representar a la AFC en el Super Bowl LV, mientras Kevin Stefanski debutaba como el décimo coach en Cleveland desde 2004 y, al menos en ese primer juego, parecía que no mucho iba a cambiar en una de las franquicias más disfuncionales de la NFL.

Trece semanas después, la narrativa es completamente diferente para ambos equipos.

Los Ravens finalmente rompieron una racha de tres derrotas tras vencer a los Dallas Cowboys y así mejorar a 7-5, que los tiene en el tercer lugar de la División Norte de la AFC.

Luego de un brote de COVID-19 que dejó fuera a varios titulares, entre ellos el quarterback titular Lamar Jackson, Baltimore recuperó parte de su ADN en ese triunfo sobre Dallas con 294 yardas terrestres, incluidas 101 de Gus Edwards, 94 de Jackson y 71 del novato J.K. Dobbins.

El segundo lugar del sector le pertenece a Cleveland (9-3), que llega a la Semana 14 con la moral por los cielos tras vencer a los Titans, 41-35 en Tennessee.

La noche del lunes, los Browns reciben a Ravens en el juego en el que Cleveland puede sacudirse el estigma de eterno perdedor y consolidarse como un contendiente en la Conferencia Americana.

Para ello, el equipo de Stefanski debe ser capaz de replicar lo hecho en Tennessee ante Derrick Henry.

La defensiva de los Browns limitó en 60 yardas terrestres al líder corredor de la liga y con cuatro pases de touchdown de Baker Mayfield en la primera mitad, Cleveland construyó una delantera de 38-7 y por ello el marcador final puede ser engañoso.

El lunes, los Browns reciben al equipo que mejor corre el balón. Baltimore promedia 169 yardas terrestres por partido (5.17 por jugada) y ese backfield es un monstruo de cuatro cabezas, con Jackson (669 yardas, 4 touchdowns en 2020), Edwards (487-4), Dobbins (451-4) y el veterano Mark Ingram (260-2).

Pero si los Browns logran contener el juego por tierra de Baltimore, entonces enfrentará a la peor ofensiva aérea de la NFL y está bien documentado que Lamar Jackson no la pasa bien cuando se le pide ser un quarterback de bolsa de protección.

Y nada le gustaría más a Stefanski que obligar a lanzar la pelota a Jackson. La semana pasada, la frontal de Cleveland le dio la bienvenida de regreso al ala defensiva Myles Garrett, que se perdió dos juegos tras infectarse de COVID-19. En el juego en Tennessee, Garrett tuvo solo una captura, pero apresuró toda la tarde a Ryan Tannehill.

El duelo de Monday Night puede convertirse en una batalla de corredores.

Los Browns poseen la segunda mejor ofensiva terrestre, con 157.8 yardas por juego.

Nick Chubb promedia 6.0 yardas por acarreo y es quinto en la NFL con 799 yardas, pese a perderse cuatro semanas con una lesión en la rodilla. Su pareja en el backfield, Kareem Hunt, suma otras 739 yardas.

A diferencia de los Ravens, Cleveland tiene opciones si su ataque terrestre no funciona.

Mayfield terminó con 334 yardas aéreas en la victoria sobre los Titans, lo más alto en la campaña. El polémico quarterback de los Browns tiene 11 envíos a las diagonales y cero intercepciones en los cinco más recientes y desde el 25 de octubre liga 156 pases sin ser interceptado.

Hay que darle crédito a Stefanski, cuyo récord de 9-3 es el mejor entre los cinco coaches debutantes en 2020. Esa también es la mejor marca para un coach en sus 12 primeros juegos con la franquicia desde Blanton Collier (9-3), en 1963.

Pero ni él ni su equipo tendrán credibilidad si no derrotan el lunes, en prime-time, a los Ravens, que han ganado tres de los cuatro más recientes en esta rivalidad.

“Lo dije después del primer partido de la temporada, que era un buen equipo de football”, dijo John Harbaugh, coach de los Ravens. “Era muy fácil ver hacia dónde se dirigían y qué estaban construyendo. Son un buen equipo de football. Y desde entonces ya era un buen equipo de football”.

Tan bueno que, a partir del lunes por la noche, muchos podrían llamarlo, por primera vez en muchos años, “contendiente”.