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Rays ganan el juego 2 e igualan la Serie Mundial

Blake Snell, Brandon Lowe y Joey Wendle se vistieron de héroes para los Rays, quienes lograron mantener a margen a la ofensiva de los Dodgers.

Estados UnidosActualizado a
Blake Snell, Brandon Lowe y Joey Wendle se vistieron de héroes para los Rays, quienes lograron mantener a margen a la ofensiva de los Dodgers.
Blake Snell, Brandon Lowe y Joey Wendle se vistieron de héroes para los Rays, quienes lograron mantener a margen a la ofensiva de los Dodgers.TOM PENNINGTONAFP

Un antiquísimo adagio (?) reza que se aprende más de las derrotas que de las victorias y Kevin Cash demostró la validez del enunciado. Tras el descalabro en el juego 1 de la Serie Mundial el manager de los Rays estudió a los Dodgers y descubrió que el que pega primero, pega dos veces. Dicha fórmula funcionó y el Clásico de Otoño se igualó.

Aunque la victoria de Tampa Bay también tuvo su toque de suerte y una ayudadita de Dave Roberts, quien optó por abrir con un Tony Gonsolin que no le duró ni un respiro a los maderos floridanos.

Los Rays conjeturaron que en Gonsolin estaba el punto flaco de la defensiva de Los Ángeles y Brandon Lowe, quien emergió del orden como un héroe anónimo, comprobó la tesis al pegar cuadrangular que abría las hostilidades.

Dicho palo sentenció el destino de los lanzadores de los Dodgers. En total, desfilaron siete lanzadores: Gonsolin, Dylan Floro, Víctor González, Dustin May, Joe Kelly, Alex Wood y Jake McGee.

Fue en la labor del novato May, quien trabajo entre el cuarto y quinto rollo, que Tampa Bay detectó que el pitcheo de Los Ángeles no marchaba y se montaron una ofensiva de dos anotaciones por entrada para separarse a cinco en el electrónico. Como parte de este "rally" de dos capítulos, Lowe pegó otro 'bambinazo' y Joey Wendle heredó el manto de héroe.

Pero no toda la culpa fue para el pelirrojo, el mexicano González dejó legado en su labor de 1.1 entradas que permitió a los Rays poner transitoria diferencia de tres.

Otro de los hombres ilustres de la noche fue Blake Snell, quien como si se tratase de Día de Brujas, despachó chocolates a diestra y siniestra. Mas su labor terminó abruptamente con home run de Chris Taylor (con Enrique Hernández embasado) a un out del quinto episodio que, de paso, evitó la blanqueada.

El segundo tercio del compromiso, en el cual las ofensivas se destaparon, se cerró con intercambio de agresiones. Primer fue otro contacto remolcador de Wendle; en dicha ocasión fue un elevado de sacrificio que hizo sonar la registradora con Ji-Man Choi. Acto seguido Will Smith sacó lumbre de su madero para poner la pelota en Saturno y mantener la distancia de tres en la pizarra.

Y cuando parecía que Kevin Cash comenzaba a empacar sus cosas Corey Seager puso las cosas interesantes. El parador en corto, flamante MVP de la NLCS, sacó el quinto home run de la noche, tercero de los Dodgers. No obstante, la ofensiva californiana no logró carburar apropiadamente, y con el tiempo encima, terminaron por ceder el partido.

Los Rays lo ganan, igualan la serie y prometen un Clásico de Otoño apretado, idea que parecía difuminarse tras la exhibición de ayer.

Los lanzadores del partido

Snell permitió dos imparables, dos anotaciones, caminó a cuatro y ponchó a nueve, pero al no acreditar cinco entradas (4.2) se quedó sin decisión. El triunfo fue para Nick Anderson, quien a pesar de tolerar una carrera tuvo la fortuna de laborar durante los innings en los que Tampa Bay se separó en el electrónico. Además, Diego Castillo y su 0.1 rollo laborado le dio el salvamento.

En el clubhouse de los Dodgers el lanzador del honor manchado fue Gonsolin; señalamiento injusto al considerar que solo permitió una carrera y Víctor González embasó al hombre de la segunda anotación de los Rays y May se encargó de liquidar a Los Ángeles marcando tercia de rayitas en la pizarra.