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NFL

Lo bueno, lo malo y lo feo de la semana 16 de la NFL

Los Cowboys le proporcionaron a Philadelphia toda la ayuda que requerían para tomar control de la NFC Este.

Estados UnidosActualizado a
Los Cowboys le proporcionaron a Philadelphia toda la ayuda que requerían para tomar control de la NFC Este.
AFP

Lo bueno

Sí, Lamar Jackson lo hizo de nuevo y llevó a los Ravens al primer lugar de la AFC por primera ocasión en su historia. Sí, Tom Brady volvió en el tiempo para comandar una remontada ante una defensiva premier. Sí, nadie puede defender a Michael Thomas en su temporada histórica.

Todos ellos podrían, justificadamente, ser merecedores de los honores de la penúltima semana de campaña regular. Pero eso, damas y caballeros, sería premiarlos por lo que han hecho todo el año. Pero, si nos limitamos a resaltar lo hecho en una semana, nadie se le acerca a la actuación de Saquon Barkley, bueno, tal vez sólo su compañero de los Giants Daniel Jones y sus cinco pases de touchdown.

Todos estamos de acuerdo que lo hecho por los Giants es más irrelevante que el reality show de Kim Kardashian, pero hay una categoría que separa a Barkley de Jones. Fantasy. Considerando que se tendría que estar muy desesperado para alinear a Jones en la semana de campeonato, Barkley realmente está en una categoría por sí mismo.

El running back de segundo año lentamente ha comenzado a retomar su nivel de la temporada pasada, como lo demostró el domingo cuando corrió para 189 yardas en 22 acarreos y tuvo otras 90 yardas en cuatro recepciones con un touchdown por cada una de las dos vías. Esos son 41 puntos de Fantasy, por si alguien tenía el pendiente.

Después de su explosiva campaña de novato, era poco probable que Barkley sobreviviera después de las primeras tres selecciones del draft de cualquier liga de Fantasy, solo para decepcionar a sus dueños durante buena parte de la temporada. Pero en el momento más importante de la campaña de Fantasy, Barkley entregó el campeonato.

Lo malo

Los Cowboys tienen marca de 5-0 esta campaña cuando corren para al menos 172 yardas como equipo, incluyendo las 189 yardas en la victoria de 37-10 sobre los Eagles en la semana 7, y el quarterback Dak Prescott no entrenó en toda la semana. Es tan obvio que ni siquiera Jason Garrett podría echar a perder esto, ¿cierto?

<pFalso

Con la fórmula anotada en el pizarrón y con un solo triunfo ante los Eagles para asegurar el título divisional, Jason Garrett hizo justo lo que se esperaba de él: tomar la decisión equivocada. Si bien es cierto que Philadelphia brindó su mejor exhibición defensiva del año, también es cierto que el coach de los Cowboys les dio un montón de ayuda.

Dallas corrió apenas 16 veces el balón, 13 de ellas en las manos de Elliott, pero no en una 3ra y 1 yarda abajo 10-6 en la primera serie de la segunda mitad en la que el novato Tony Pollard soltó el ovoide. El quinto mejor ataque terrestre de la NFL quedó totalmente desperdiciado.

Todo para que un quarterback que no entrenó en toda la semana por una lesión en el hombro pudiera ir al aire en 44 ocasiones, completando apenas 25 intentos. Los Cowboys pagaron el precio.

Prescott estuvo desatinado durante buena parte del encuentro. Acusando evidentes problemas para lanzar, el quarterback de Dallas falló varios envíos que usualmente hubiera completado, en especial con Amari Cooper y el coach Garrett le depositó la confianza en el peor momento de la temporada.

A consecuencia del lapsus de Garrett y el estado de salud de Prescott, los Cowboys le entregaron el control del Este de la NFC a Philadelphia y ahora necesitarían ayuda en la última semana de campaña regular para volver a playoffs por segundo año en fila.

Lo feo

Cuando Mike Tomlin le entregó la titularidad a Devlin Hodges previo al duelo de la semana 13 ante los Brown, lo hizo con solo una petición: “No nos mates”. En las últimas dos semanas eso es precisamente lo que ha hecho el “Pato” con las aspiraciones de Pittsburgh.

Afrontémoslo, en este momento hay pocas cosas más feas que ver a la “ofensiva” aérea de los Pittsburgh Steelers. El carrusel que han conformado en la posición Hodges y Mason Rudolph es el equivalente deportivo a la película más triste de Viruta y Capulina.

En sus últimos dos inicios antes de ser sustituido por Hodges, Rudolph tenía dos touchdowns por cinco intercepciones para perder hasta el último gramo de confianza. Contagió del padecimiento a Hodges, quien tiene apenas un envío anotador y seis intercepciones en los últimos dos juegos, ambas derrotas que le entregaron el mapa de playoffs a los Titans.

Pittsburgh cedió el control de su destino rumbo a los playoffs y llega al último domingo de campaña regular necesitando toda la ayuda posible para no quedarse fuera de la postemporada por segundo año consecutivo.

Nada sería más útil que tener un quarterback decente detrás del centro. Y para añadirle limón a la herida los Steelers podrían jugarse la vida el domingo sin contar con el beneficio de un “Plan B”, después de que Rudolph salió lesionado del hombro ante los Jets.

Y Pittsburgh se juega todo o nada nada menos que ante Baltimore… Por si la situación no era lo suficientemente fea.