Victoria trabajada e inmerecida
Mientras que un Conte desquiciado saltaba, reía, gritaba y paraba el partido exigiendo su tarjeta amarilla merecida, Valverde miraba al infinito.
Mientras que un Conte desquiciado saltaba, reía, gritaba y paraba el partido exigiendo su tarjeta amarilla merecida, Valverde miraba al infinito.
Sin embargo, el vasco ha sabido poner a Arturo Vidal y medio romper el baño que los neroazurri estaban infringiendo al Barça.
Antes de hablar del uruguayo depredador o de la jugada histórica de Messi del segundo gol, dejadme que hable, otro día más, de Ter Stegen.
Solo diré una cosa y que escuchen los mandamases de la selección alemana: es el mejor del mundo. Punto y final.
Dicho esto, el Inter ha barrido en todo al Barça durante la primera parte, pero no tienen la calidad arriba y el Barça sí que la tiene.
El Barça en la segunda parte ha hecho lo único que se le pide cuando no hay estrategia ni fluidez: intensidad e intentarlo hasta el último minuto. Y eso que el Inter ha corrido diez kilómetros más que el Barça. Diez.
Messi se ha reservado unos minutos antes de hacerle un traje a Asamoa. De hecho le ha hecho dos, el segundo con caño incluido. ¡Cómo ha defendido el argentino!
Y del gran Suárez, pues lo de siempre: uno de los peores delanteros fuera del área que he visto y hoy en día como los últimos cinco años, el mejor delantero centro del mundo dentro del área.
Griezmann sigue sin estar y Dembélé, si estuviera bien, sería uno de los top 10 del mundo.
Jugando así no se llegará a mucho, pero por lo menos dos goles hemos gritado. Los hay que están peores, si no, mirad lo mal que está el Madrid.