Jon Gruden aprueba su primer examen sin Antonio Brown
El coach de los Oakland Raiders despliega su capacidad de adaptación en el triunfo ante los Denver Broncos del Monday Night Football.
Hace menos de una semana, los Oakland Raiders cayeron víctimas de Antonio Brown, quien los manejó a placer hasta comprar su boleto fuera del equipo. Sin tiempo para recuperarse del caos, parecía una formalidad que el lunes fueran nuevamente victimados, ahora por los Denver Broncos y una defensa aparentemente indomable.
Jon Gruden tenía otros planes.
Despojado súbitamente de su mejor arma, Gruden y los Oakland Raiders parecían presa fácil para el dueto de cazadores de cabezas de Denver compuesto de Von Miller (14.5) y Bradley Chubb (12). Los temores estaban más que justificados considerando que el quarterback operaba detrás de una endeble línea ofensiva que permitió 52 sacks _ la cuarta mayor cantidad de la liga _ la campaña anterior.
La lógica indicaba que Carr tendría problemas para ganar tiempo suficiente para tomar decisiones rápidas ahora que su mejor blanco viajaba al otro extremo del país. Pero Gruden hizo gala de su capacidad de adaptación con un juego balanceado que exhibió la inexperiencia de su contraparte, Vic Fangio.
La línea ofensiva de los Raiders no solo le dio tiempo a Carr, sino que lo mantuvo en una pieza y con el uniforme inmaculado al mantener a raya a Miller, Chubb y cualquier otro que pretendió sin éxito acercársele al quarterback. Gracias a ello, Carr 22 de 26 envíos, incluyendo 16 de los primeros 17, y un touchdown para un rating de 121 puntos.
Gruden no solo adaptó a la perfección a su línea ofensiva para el titánico desafío de contener a la mortífera dupla de Denver, sino que la mantuvo en jaque con una exhibición casi perfecta de ataque balanceado: 26 intentos de pase y 28 acarreos.
No hubiera sido posible sin la presencia del novato Josh Jacobs, quien corrió 23 veces para 85 yardas y dos touchdowns y sumó otra recepción para 28 yardas. El egresado de Alabama fue la dama en el juego de ajedrez casi perfecto que planteó Gruden, y una pieza de la que careció la campaña anterior, cuando los Raiders exhibieron el 25to peor ataque terrestre de la liga.
Al menos por una semana, Gruden, Carr y el resto de los Raiders demostraron que pueden sobrevivir sin Brown quien, siendo realistas, nunca fue parte del equipo, sino un escalón más en la conversión del wide receiver a uno de los villanos más odiados de la NFL.
En tanto, los Raiders sacaron el mayor provecho de su otra adquisición de pretemporada, el receptor Tyrell Williams (6 recepciones para 105 yardas y un touchdown) y del tight end Darren Waller, quien con sus 7 atrapadas para 70 yardas el lunes, se mostró como una grata revelación.
Los Raiders iniciaron 2019 con el pie derecho ante la adversidad. Siempre una buena señal y particularmente gratificante al tomar en cuenta las circunstancias y el hecho de que el primer año de Gruden de regreso en Oakland comenzó con marca de 1-8.
Y aunque apenas es la primera semana, Oakland comienza a justificar el optimismo con el que todo aficionado arranca la temporada. Con un calendario devastador, lo van a necesitar.