USWNT produce más dinero que USMNT por sus partidos
Entre 2016 y 2018, las vigentes campeonas del mundo recaudaron más dinero que la selección que actualmente dirige Gregg Berhalter, lo que fortalece los argumentos de inequidad salarial.
Pocos países del mundo pueden presumir que su selección de fútbol femenina tiene mayor potencial económico que la masculina. La brecha de género aún es palpable en el balompié internacional. Sin embargo, Estados Unidos corre a contracorriente del status quo. El fútbol femenil en la Unión Americana goza de cabal salud, notable atención mediática y una robusta estructura social que facilita la detección de talento desde la educación básica.
En tal contexto, la Selección nacional que comanda Jill Ellis y que actualmente disputa el Mundial de Francia ha entablado un proceso legal contra la Federación (United States Soccer Federation, USSF), por “discriminación de género sistemática”. La demanda, cuyas principales impulsoras son las jugadoras Carli Lloyd y Megan Rapinoe, establece que US Soccer paga mejores salarios y bonos a los integrantes de la Selección masculina a pesar de ocupar la misma jerarquía y realizar las mismas labores. US Soccer replicó en mayo que la brecha salarial se debe a que cada representativo ostenta “diferentes estructuras de pago”: “está basado en las diferentes entre los ingresos acumulados generados por cada equipo y no por el género”. No obstante, el caso ha dado un vuelco contra US Soccer.
The Wall Street Journal tuvo acceso a los reportes financieros de US Soccer y demostró que entre 2016 y 2018 la Selección Femenina generó $50.8 millones de dólares en concepto de venta de entradas a sus partidos, contra $49.9 millones del equipo varonil. De hecho, en 2016, el año posterior a la conquista del título mundial femenino en Canadá 2016, las mujeres superaron a los hombres en $1.9 millones. El hallazgo contradice tajantemente el argumento principal de US Soccer. Según el Journal, la demanda calcula, a través de una extrapolación de los esquemas de pago, que una jugadora recibiría $99,000 dólares si gana 20 partidos en un año, pero un futbolista percibiría $100,000 aún si pierde la misma cantidad de encuentros que disputa. “La recaudación por evento del equipo femenil demuestra el potencial al que se puede alcanzar cuando la inversión se hace”, aseguró al WSJ Becca Roux, directa ejecutiva de la asociación de jugadoras, quien constituye un eje central del litigio.
El éxito de cada selección es un alegato esencial a favor de USWNT, más allá de la recaudación por boletaje. La demanda arguye que el equipo femenino es uno de los más exitosos del orbe al aportar tres Copas del Mundo, cinco medallas olímpicas (cuatro de oro) y un premio FIFA The Best (para Carli Lloyd, en 2016). En cambio, USMNT falló en su intento de clasificar al Mundial de Rusia 2018 y su máximo logro a nivel internacional es alcanzar los cuartos de final de la edición de 2002, en Corea y Japón, y el subcampeonato de la Copa Confederaciones 2009, aunado a las seis Copa Oro de la Concacaf. Para muestra, un botón. En dos partidos del Mundial de Francia, USWNT ya ha anotado más goles que USMNT en sus últimas tres Copas del Mundo. La dificultad de los rivales y el desarrollo global del fútbol femenil aportan matices a la estadística, pero el argumento es claro. Otro factor a tomar en cuenta es el costo de los derechos de transmisión, aunque, asegura el reportaje del Journal, US Soccer los ofrece en paquete y no por separado por cada equipo, lo cual hace difícil cuantificar el valor de USWNT en términos televisivos. El texto sí corroboró, de acuerdo a los reportes financieros, que la Selección masculina tiene mejor rating.
Mientras la demanda aún se dirime en una corte federal, la Selección de Alex Morgan, Carli Lloyd y Megan Rapinoe busca en Francia el cuarto campeonato mundial. Una copa más sería un poderoso argumento a favor suyo. Si es que la proclama de igualdad no lo es.