Los Rams pierden ritmo en el peor momento posible
Las dudas comienzan a acumularse luego de dos derrotas consecutivas de uno de los principales contendientes de la NFC.
Nadie ha salido campeón de la NFL en la semana 13 de la NFL, pero al parecer Los Angeles Rams no recibieron el memorándum.
El que fuera uno de los equipos más peligrosos, dinámicos y entretenidos de la NFL durante la primera mitad de temporada cruza por un bache en todos los aspectos del juego en el peor momento posible.
Luego de dominar durante 13 semanas con un récord de 11-1, una ofensiva que pondría en vergüenza al arsenal ruso y de convertir a la liga en el videojuego con las mejores gráficas de la historia, los Rams ahora acumulan dos derrotas consecutivas y las dudas comienzan a acumularse de cara a su inminente viaje a la postemporada.
Los Rams tienen el talento y el sistema para hacerle frente a cualquiera, pero la historia ha demostrado que una vez que es ganar o morir en playoffs, eso no lo es todo. El mejor ejemplo viene de su más reciente verdugo, los campeones Eagles, que el año pasado mostraron que el ritmo y la confianza son tan importantes como el talento a la hora de jugar la postemporada.
Y esas son dos cosas que los Rams no tienen en este momento. Desde el espectáculo que brindaron en Monday Night ante los Chiefs, en el que anotaron 54 puntos, los Rams han anotado 59 tantos en total de sus siguientes tres partidos, dos de ellos con resultado adverso.
En el transcurso de las últimas tres semanas, los Rams han dado dos de sus tres peores actuaciones en puntos y yardas en lo que va de temporada. Hay varios factores que podrían estar influyendo en esos resultados y más vale que el coach Sean McVay encuentre pronto al responsable.
Para empezar, el accionar ofensivo no ha sido el mismo desde que el equipo perdió al slot Cooper Kupp por una lesión de ligamentos en la semana 10. Kupp (40 recepciones y 566 yardas) permanece a la fecha como líder del equipo en recepciones de touchdown, lo que habla de lo importante que es para el quarterback Jared Goff como válvula de seguridad y en espacios reducidos.
Sin Kupp, las defensivas se han centrado en presionar a Goff sabiendo bien que no tiene a alguien confiable en trayectorias cortas que lo saque del problema. El resultado: siete intercepciones y 11 sacks en los últimos cuatro partidos.
También está el hecho de que, por una inexplicable razón, McVay ha sacado de la ecuación a su arma más peligrosa, Todd Gurley, quien apenas promedia 14.5 acarreos y 65.7 yardas por tierra en los últimos cuatro encuentros. Diciembre es el mes para establecer el ataque terrestre, no para archivarlo en un cajón.
Hay varios aspectos a corregir y si bien los Rams tienen margen de maniobra habiendo ya asegurado su pase a los playoffs como campeón del Oeste de la NFC, tampoco pueden rebozar confianza, en especial ahora que cualquier descuido podría enviarlos a la ronda de comodines.