No se puede batear lo que no se ve. En la División Central de la Liga Nacional lo están aprendiendo de la peor manera posible, cortesía de un novato con lumbre en el brazo.
El relevista de los Cardinals, Jordan Hicks, se unió el domingo a Aroldis Chapman como los únicos pitchers en la historia en alcanzar las 105 millas por hora en la pistola de radar. El único detalle es que Hicks lo hizo dos veces… en el mismo turno al bate.
Con apenas 21 años y 21 apariciones en Grandes Ligas, Hicks ha atraído los reflectores gracias al lanzallamas que tiene por brazo derecho. Sin embargo, la inexperiencia y la falta de control le han impedido a Hicks que su dominio de la pistola de radar se traduzca en dominio sobre la loma.
A pesar de que posee los cinco lanzamientos más rápidos de la temporada, ocho de los primeros 10 y 30 de los 50 que aparecen en el ranking de Statcast, Hicks dista mucho de ser la figura más temida una vez que se abren las puertas del bullpen.
El joven texano acumula apenas 9 ponches a cambio de 16 bases por bolas en 22 innings lanzados esta temporada. Eso es un desperdicio de gasolina, junto con una notable falta de experiencia y control. Ya mejorará.
Su índice de ponches por bases por bolas es un pedestre, por no decir mediocre, 0.56. Como referencia, Bartolo Colón (próximo a cumplir 45 años) tiene 8.00 en ese departamento, y James Pezos, de Seattle, encabeza a los relevistas con 18.00.
Velocidad no es sinónimo de éxito en el caso de Hicks, pero vaya que es divertido verlo lanzar. Excepto claro si eres Odúbel Herrera. El brillante jardinero de los Phillies ha visto (¿escuchado?) los siete lanzamientos más rápidos que ha realizado Hicks esta temporada, incluyendo los cinco en el turno del domingo y dos más en su enfrentamiento del sábado. Algo me dice que esto ya es personal.
Hicks se ha vuelto en el lanzallamas por excelencia de Grandes Ligas. El promedio de su recta de dos costuras es de 99.5 mph, casi una milla más en promedio que la recta de Chapman. Además de que el sinker del texano (99.3) es el segundo lanzamiento en promedio más veloz de todas las Ligas Mayores. Utilizando nuevamente a Colón como referencia, el promedio de su recta es de apenas 87 mph.
Siempre (que no seas el bateador) será emocionante ver a un lanzador desafiando las leyes de la física y reescribiendo los libros de récords. Pero eso no está funcionando para Hicks. Si bien sus números no son terribles (2-1, 2.05 de ERA), cuenta con el talento para ser simplemente dominante. Tal vez la clave está en seguir la fórmula de Chapman, quien se volvió en una figura temible el día en que cedió en su intención de volver locos a los radares y comenzó a mezclar sus lanzamientos. Subiendo el volumen solo cuando es estrictamente necesario.