Estuvimos con la familia del volante colombiano de LAFC, quienes nos contaron cómo viven el cambio desde adentro y cómo es el #20 de Bob Bradley afuera del campo de juego.
La primera mudanza de la familia Atuesta Velasco persiguiendo una pelota fue de algo más de 230 kilómetros; la segunda de casi 400; y la tercera, que incluyó la separación y cambio horario, sobrepasó los cinco mil kilómetros.
“Todo por el fútbol de él”, le dijo con orgullo y en tono de celebración Daniela Camelo a AS USA. ¿Y quién es él?, él es el hijo único de don Eduard y doña Mary, el joven de buenos modales, vestimenta apropiada y trato suave a los demás, incluyendo siempre una sonrisa.
Él es el número 20 de Los Ángeles Football Club (LAFC), el volante de marca que no debuto en el equipo profesional de su tierra sino que dejando con su familia el pueblo natal, pasó por la capital de departamento y tuvo que encontrar oportunidades en la ‘Eterna Primavera’ para llamar la atención de la nueva franquicia de MLS.
Eduard Andrés Atuesta Velásco, nacido el 18 de junio de 1997 en Vélez (Santander- Colombia), quien viviera en Bucaramanga y se formara en el Independiente Medellín, que lo catapultó al profesionalismo, a la selección sub 20 de su país y a la MLS.
El mismo que sus padres acaban de ver debutar como titular bajo las órdenes de Bob Bradley en Los Ángeles. “Esto es una cosa hermosa”, describió Mary en una charla con padres, hijo y nuera en uno de los sectores VIP del Banco of California Stadium, casa del LAFC.
“Es algo por lo que él ha trabajado siempre y se merece la recompensa”, aseguró la orgullosa madre con tono de voz que emula al de una maestra concentrada en que el mensaje se entienda y no precisamente en que sea ella la atención.
Decisión correcta
Para todos, la decisión de dejar al Independiente Medellín a préstamo hacia la MLS y en especial hacia LAFC fue la correcta, aún cuando el ruido exterior les presionaba por esperar mejores ventanas o mantenerse en el ‘Rojo de Antioquia’.
“Todas las decisiones que se toman en esta familia son muy entregadas a Dios”, aseguró Daniela. “Entonces tenemos muy claro que si este es el camino, es porque debíamos estar acá”.
Eduard secunda el concepto y lo remata con el aspecto profesional. “Como primera experiencia internacional, me parece que ha sido una muy buena decisión”, cuenta obviamente haciendo referencia a su primera salida a un club.
El volante le agrega la visión. “Soy muy ambicioso, siempre lo he sido. Y mi idea es querer ir hacia la perfección. Se que es imposible, nadie lo es, pero es un camino que quiero intentar seguir”.
Para Atuesta, el futuro está marcado por un camino: “Crecer cada día más como futbolista y como persona. Y este es un muy buen trampolín por la evolución tan impresionante que esta teniendo la liga. Va a ser muy importante para mi estilo de juego, para mi carrera”.
Eduard padre, como cualquier jefe de familia en Colombia, ha tenido los ojos fijados en el fútbol. Por ello los días estrenando el estadio y viendo los partidos de primera mano le dieron elementos inmediatos para la comparación. “Aquí es muy intenso, más rápido que en Colombia, hay que desmarcarse demasiado para poder tener participación”.
Mary, como madre al fin, se enfoca en el ambiente en el que está su hijo, sin olvidar que las victorias y derrotas marcan la hoja de vida. “En todas partes se vive de resultados y de querer ganar, pero como se vive aquí el fútbol es algo muy bonito. Le doy gracias a Dios de esta experiencia que está teniendo mi hijo, y de vivirla junto a él como familia. Es una bendición”.
Eduard fuera del campo
Dentro del campo, Atuesta es un joven pero talentoso volante; de buena entrega, despliegue físico sin ser avasallador sino inteligente para ocupar espacios. Uno de esos mediocampistas defensivos que en silencio mantienen el equilibrio y la distribución.
¿Afuera?, quién mejor para describirlo que su compañera de camino. Daniela, su novia, asegura que tras bambalinas, Eduard es “muy disciplinado, muy organizado, perfeccionista, muy pegado a Dios y muy juicioso”.
Para el papá, el tema es la combinación de ser y parecer. “Él sabe lo que tiene que hacer, pide opiniones, pero tiene una idea muy clara de los que es y lo que quiere proyectar. Con sus actitudes, con su vestimenta, con el trato a los demás”.
Tras cinco apariciones desde el banco, el volante sumó su primera titularidad y se encamina por más tras las buenas presentaciones, en un LAFC que suma tres victorias y un empate en los más recientes juegos cuando él ha participado.
Sus padres pudieron disfrutar la titularidad antes de marchar de vuelta a casa, “son decisiones de los entrenadores en las que poco o nada uno debe opinar”, dijo Mary.
Sin embargo los algo más de cinco mil kilómetros de vuelta a Medellín, se hicieron seguro entre el orgullo, las bendiciones al hijo que se queda y los sueños de más logros para la temprana carrera
Siempre adelante
Eduard ya dio el salto y muy seguramente volver no será una opción. Como lo reza el himno de su tierra, “santandereanos siempre adelante, santandereanos ni un paso atrás”. Irónicamente la tierra que nunca lo tuvo como jugador de primera división, y a la que casi con una sensación de pesar, el volante le deja un mensaje desde lo futbolístico.
“No está muy bien organizando el tema de inferiores (en Atlético Bucaramanga), de darle una herramienta o un trampolín a los talentos santandereanos para decir : Crezcan como jugadores acá, y si tienen posibilidad en el club bienvenido sea o si no, estar bien preparados para poder jugar en otro club. No lo hay”.
Daniela tiene la llave filosófica del recorrido de Eduard, “nada en el fútbol es fácil, todo es de sacrificios”. Como los que hicieron los Atuesta Velasco muy seguramente para que su hijo único persiguiera el sueño y como los que seguramente hace él no solo para seguir creciendo, sino para ganarse elogios de ser “el mejor hijo, el mejor nieto, el mejor amigo. Dentro y fuera de las canchas estoy segura que no hay otro como él”.
¡Mamá es mamá!, a Eduard por lo pronto le toca demostrar día a día, partido a partido, objetivo tras objetivo. Pero siempre con las tres personas que más le importan apoyando y ayudando.