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Los Angeles Chargers

Volteretas, taconazos y derrotas NFL para el kicker coreano

Younghoe Koo tuvo un debut de pesadilla en la NFL al no poder anotar la patada del empate entre Chargers y Broncos, pero será popular en breve.

DENVER, CO - SEPTEMBER 11: Kicker Younghoe Koo #9 of the Los Angeles Chargers reacts to missing a game-tying field goal in the fourth quarter to lose the game against the Denver Broncos at Sports Authority Field at Mile High on September 11, 2017 in Denver, Colorado.   Dustin Bradford/Getty Images/AFP
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Dustin BradfordAFP

Younghoe Koo lo tiene todo para ser un personaje relevante en la NFL. Y de su primer partido en la liga se deduce que lo será para bien o para mal, algo que acompaña a los kickers, su posición, cada vez que saltan al campo, y que se agudiza en su caso por los múltiples peculiaridades que le adornan.

Lo primero es que es koreano, toda una rareza en la NFL. Con 12 años se trasladó a vivir a Estados Unidos con su familia sin ni siquiera saber inglés. Se convirtió en un muchacho solitario y callado. A la fuerza ahorcan, claro.

Lo que comenzó a salvarle fue su habilidad con los pies. En Corea del Sur era un gran jugador de fútbol, de fútbol del nuestro. No es que eso le fuese a abrir muchas puertas sociales en los Estados Unidos, así que dedicó a pegarle a la pelota de otro modo. Y a otro tipo de pelota.

Descubrió en seguida que se le daba muy bien chutar a palos el balón de fútbol americano y pronto entró en el equipo del instituto. De ahí le llegaron dos ofertas para entrar en la universidad becado gracias a esta habilidad. Escogió a la pequeña Gerogia Southern y allí se convirtió en poco menos que una sensación viral. ¿El motivo? Volteretas y jugadas de tacón. Como los oís. Como lo veis:

Su habilidad circense es incuestionable. Su capacidad como jugador puro de football, también. En Georgia Southern, en su último año, anotó 19 de 20 field goals, con su único fallo siendo una patada lejana de 54 yardas, y se ganó honores en el tercer equipo All-American, una distinción única en la historia de su universidad.

No le valió para ser elegido en el draft, algo que es muy común en su posición si descontamos rarezas como las de Roberto Aguayo. Sin embargo, Los Angeles Chargers se fijaron en él y le ofrecieron la oportunidad de estar entre los 90 integrantes del equipo en verano.

Allí, en la pretemporada, le ganó el puesto a Josh Lambo y se convirtió en el kicker titular de un equipo profesional de la NFL. Casi nada.

Por desgracia, en su primer partido fue protagonista involuntario. Salió en la última jugada del encuentro para patear el balón desde 44 yardas y empatar el partido. Shelby Harris, el defensive tackle de los Denver Broncos, alcanzó a tocar el balón y lo desvió para dar la victoria a su equipo. Koo quedará como el que falló la patada definitiva.

No pasará mucho tiempo hasta que volvamos asaber de él. Una historia tan singular, en una ciudad que tiene 200.000 coreanos viviendo en su seno, tendrá muchos más capítulos. Y tengo la sensación de que no serán todas negativas.