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El toletero de los Yankees está en un profundo bache que destaca por su falta de contacto.
Getty Images

“Nunca permitas que el miedo de poncharte se interponga en tu camino”, declaró el gran Babe Ruth en alguna ocasión.

Ruth estaría más que orgulloso de Aaron Judge estos días.

El toletero de los Yankees, evidentemente no tiene miedo alguno y es por ello que está sumido en un histórico bache desde que despedazó el Home Run Derby del mes pasado con un despliegue de poder pocas veces visto. Desde entonces, Aaron Judge se ha visto más como Carlos Peña que como Barry Bonds.

Y lo de histórico no es broma.

El martes, Jacob deGrom ponchó a Judge en la primera entrada del juego entre Mets y Yankees, lo que representó 32do juego consecutivo en el que se le apunta una “K” al lado del nombre del líder de cuadrangulares de la Liga Americana. Con eso, empata una marca de más partidos en fila con al menos un ponche, previamente en poder exclusivo de Adam Dunn desde 2012.

Judge se ha ponchado 158 veces en la actual campaña y, de apegarse a las proyecciones, finalizaría su año de novato con 217 chocolates, buenos para la cuarta mayor cantidad en una sola temporada en la historia y a solo seis del récord.

Tan solo en ese lapso de 32 partidos, Judge ha abanicado 53 veces, es decir 1.65 veces por juego. Veámoslo de esta forma, si hubiera mantenido ese ritmo durante toda la temporada tendría 267 ponches, y destrozaría la marca de 223 en poder de Mark Reynolds en 2009. Vamos, ni siquiera el mismo Dunn lo hizo peor pues solo acumuló 47 ponches durante su lapso de futilidad.

Lo de Judge, Dunn, Miguel Sanó (163) y casi cualquier bateador, de poder o no, es parte de una tendencia en los últimos años en la que los ponches se han incrementado de manera dramática. A fin de cuentas, es lo mismo un ponche a un out, ¿cierto? Ya no hay lugar para el orgullo.

Los números no mienten, especialmente cuando se trata del béisbol. De los 29 peloteros que más ponches han acumulado en una temporada, 27 de ellos lo hicieron después del año 2000, y las únicas excepciones son de Bobby Bonds y sus 189 chocolates en 1970 y 187 de un año antes.

Pero el problema con Judge no es solo su alarmante cantidad de ponches, sino su falta de producción en general. Desde el Juego de Estrellas, el toletero de los Yankees parece pararse a batear armado únicamente de buenas intenciones. En 30 partidos, batea para .174 (18-103) con seis jonrones y 13 producidas, además de 48 ponches. En contraste, su candente inicio le bastó para llegar a la pausa de media temporada bateando .329 (99-301) con 30 cuadrangulares, 66 remolcadas y 109 ponches.

Lo bueno para Judge es que fue el mismo Ruth el que también dijo: “Cada strike me acerca más al próximo home run”.

Con todos los que tiene acumulados, debe estar muy, pero muy cerca.