Uribe y Sambueza guiaron a los Diablos Rojos
Dos goles del colombiano y uno más del naturalizado mexicano, acompañado de una gran actuación personal, guiaron la victoria escarlata sobre León. Talavera salió lesionado.
El arte de Sambueza, investido de Rubens, alivió los malos augurios del Toluca tras el paupérrimo empate en Guadalajara. El arte al servicio del corazón. Su recital, apuntalado por la contundencia de Uribe, enloqueció al León y confirió tres puntos a los Diablos aunque no todo fueron bienaventuranzas en el Infierno: Talavera se marchó con los pies en el aire y la rodilla desarticulada.
La resaca dominguera terminó con el tiro ancho de Burbano, un despertador efectivo y un preludio. El Toluca, roto en transición, no encontró caciques que vigilaran a Navarro, reemplazante del desafortunado Piris, y a Elías Hernández, un sprínter con pólvora en los botines. La bolea tenística de Navarro cayó sobre el techo de Talavera, quien después hizo un viaje sobre el césped para negar a Montes.
Toluca se sacudió el magreo. Sambueza trazó, Uribe cabeceó al travesaño y Hauche reventó la pelota hacia los terruños de "La Banda del Rojo". El acercamiento funcionó como intervención psicológica. El Toluca se convenció de sus capacidades y se gustó hasta que Talavera salió de la guarida para alejar el peligro y su cuerpo giró pavorosamente sobre su rodilla izquierda. El batacazo no deprimió a los Diablos, muchos a Sambueza, más Rubens hoy, quien remojó la brocha y con escobillada de escuela flamenca bosquejó "La elevación de la cruz", que firmó Uribe con pintura en espátula; la acometida de Yarbrough para desbaratar el dibujo fue insuficiente contra la sutileza con la que fue concebido. También había arte en los pies de Gómez: centro desde la derecha y remate de Uribe a primer poste: una pieza prémium de su repertorio. El primer tiempo terminó con los Diablos en plena luna de miel con la pelota.
Y continuó tras el entreacto. Sambueza perforó la zaga entre Montes y Navarro y encontró el pase al espacio de Ríos. La colisión con Yarbrough jugó a su favor: la pelota suave y burlona entre tuercas y hojalatería. El León emitió un rugido de dolor, mostró las garras pero el Diablo, truculento, esquivó los zarpazos. Pereyra y Boselli perdieron dls testarazos en el ares chica y Elías Hernández apuntó al rincón bajo de García pero una falla en la mira telescópica saboteó su tiro. Sabedor de su pacto con Mefistófeles, el Toluca reposó y acompañó cada minuto. Pero León no claudicó. El tiro libre de Montes al poste derecho desató una carambola que terminó con Santiago García apercibido y con Boselli en el punto de cal. El felino vuelo de García no pudo detener la bomba accionada por el argentino.
El tiempo le pudo a León y Toluca logró su primera victoria en su segundo torneo del Centenario. Y Rubens encontró la brocha.
Esto expresó David Rangel
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