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DETOCHO

Cuenta regresiva: Los pronósticos para el playoff divisional

Dejé de creer en los Reyes Magos y en las manos mágicas de Odell Beckham. No fue mi culpa, ellos simplemente me demostraron que no existen.

Mexico City
Cuenta regresiva: Los pronósticos para el playoff divisional
AP

Mucho ha cambiado desde la última vez que escribí los pronósticos. Por principio de cuentas, dejé de creer en los Reyes Magos y en las manos mágicas de Odell Beckham. No fue mi culpa, ellos simplemente me demostraron que no existen.

Pero ya lo sospechaba, ya me habían dicho hace tiempo que los Reyes eran mis papás. Así que si este año no les trajeron lo que pidieron, por favor disculpen a mis papás.

En lo que respecta a Beckham, también debí sospecharlo. No te puedes poner una máscara del Cruz Azul y juntarte con Justin Bieber en la misma semana y esperar salir bien librado de esa. Tranquilo muchacho, una maldición a la vez.

Es como invocar al Coco frente al espejo y romper el espejo en martes 13 al mismo tiempo. Simplemente no se puede.

Durante esos ocho días, los Patriots se convirtieron también en el primer equipo en la historia de la liga en acumular dos semanas de descanso en una sola postemporada, y Brock Osweiler cambió el ringtone de su celular a “Houston we have a problem” en la melodiosa y angustiante voz de Tom Hanks.

Además, Ezekiel Elliott sufrió un accidente vial menor, y en un giro inesperado, fue capaz de salir del vehículo sin la ayuda de su poderosa línea ofensiva. Mientras que Aaron Rodgers se quedó sin su mejor blanco (en toda la extensión de la palabra) ante la pérdida de Jordy Nelson.

En ese lapso también San Diego se quedó sin equipo y Los Ángeles ahora es casa de los dos conjuntos responsables de darles a Browns y 49ers sus únicos triunfos. Hollywood realmente debe estar orgulloso de sus nuevos invitados.

Del domingo de comodines no hay mucho que decir, hubo cuatro juegos de regulares a malos que no mostraron la intensidad real de una postemporada. Eso debe cambiar este fin de semana al menos en lo deportivo, cuando se anticipan duelos mucho más cerrados. En lo referente a la intensidad, se las quedo a deber pues tres de esos cuatro partidos se realizarán ante afición más bien sabor vainilla, que no se caracterizan precisamente por su pasión, siendo Kansas City la excepción.

Pero ya es momento de darles lo que vinieron a buscar, los pronósticos de la ronda de comodines de la postemporada. Por primera vez desde  2011, la ronda divisional tiene a los ocho campeones de división, como Dios lo quiso siempre. Y por primera vez desde 2010, los cuatro duelos serán repetición de un encuentro de campaña regular.

Pero si usted es de los que ve esta semana con un tono pesimista, permítame iluminarle el día y recordarle que falta una semana para que Donald Trump asuma la presidencia de Estados Unidos. Ahora sí, disfruten.

Seahawks en Atlanta 

La mejor ofensiva de toda la NFL contra la tercera mejor defensiva en puntos admitidos de la NFL. Si usted quería algo más, lamento informarle que es muy difícil superar algo así a estas instancias de la temporada.

Por un lado, Matt Ryan busca mantener con vida una campaña mágica en la que lanzó 38 pases de touchdown por tan solo 7 intercepciones mientras que los Falcons sumaron tres de sus cinco derrotas por un total de seis puntos.

Una de esas tres apretadísimas derrotas fue precisamente en la semana seis, cuando cayeron en casa 26-24 ante los Seahawks, gracias en parte a una descarada interferencia de pase de Richard Sherman sobre Julio Jones a minuto y medio del final.

Seattle tiene un montón de trucos en el sombrero, desde un perímetro demasiado físico hasta un quarterback que tiene maestría en el arte de la improvisación. Su treta más reciente incluye la aparición espontánea de un ataque terrestre que llevaba todo un año desaparecido.

El duelo es atractivo porque en todo momento habrá paridad entre las unidades que se encuentren en el terreno. El potente ataque de los Falcons contra la feroz defensiva de los Seahawks, la mediana ofensiva de Seattle contra la aún peor defensiva de Atlanta.

Como buen partido de enero, todo se define en ataque terrestre y defensiva. Se van a necesitar intercambios, posesiones largas e intangibles. Pero sobre todo mucha consistencia y paciencia, no abandonar el plan de juego incluso si los resultados iniciales no están ahí.

Sin duda será un juego de intangibles, en donde un bote del balón, un rozón, un pañuelo o el manejo del reloj podrían definir quien vive y quien muere. Seattle tiene un largo historial de que el balón termina botando a su favor. Seahawks por 4.

Texans en N. Inglaterra

Los Texans han prometido que no utilizarán la línea de 16 puntos en contra que le impusieron los casinos de Las Vegas como motivación. Es bueno llegar motivado a una pelea en la que sabes que te van a partir
la cara.

Houston no tiene ninguna otra forma de enfrentar este encuentro que ser el equipo que no tiene nada que perder. Todos saben que no tienen nada que hacer en el playoff divisional, pero ahí están. En comparación a Bill Belichick y Tom Brady se parecen a Little Mac de Punch Out! Pero con la diferencia de que Little Mac si llegó a pegarle a Mike Tyson.

Brock Osweiler tiene marca de 1-0 contra Tom Brady en su carrera, y de 0-1 contra Jacoby Brissett. Para eso sirven esas estadísticas, para sonarse una gripe. No necesito hacer una descripción del tipo de quarterback que es Osweiler, ya todos lo conocen y para colmo de sus males ahora va contra la defensiva número uno de la NFL en puntos admitidos, una que robó 14 balones en sus últimos seis partidos.

Los Texans nunca han ganado un partido en sus cuatro visitas a la rasuradora, y en su único encuentro de playoffs al norte de Boston, regresaron a casa con 41 puntos a cuestas y unas largas vacaciones. Vamos, en general los Patriots han ganado siete de ocho enfrentamientos, incluyendo la blanqueada de 27-0 en la semana tres de la mano de Brissett, su tercer quarterback.

Para Houston será un duro despertar. No es lo mismo enfrentar a Connor Cook, un quarterback que tuvo su primer inicio en la NFL, a medirse a Tom Brady, uno de los mejores en la historia de este negocio. Ese es un cambio tan radical como aspirar a salir con Scarlett Johansson y terminar en una cita con Tilda Swinton.

Es evidente que los Patriots están llevando una ametralladora a una pelea de cuchillos. Houston aspira a presentarles frente un par de cuartos, tal vez menos, hasta que la defensiva se canse de hacer el trabajo solo para que Osweiler y el ataque lo desperdicien, algo así como le sucedió a los Giants la semana anterior. Patriots por 12.

Steelers en Kansas City

Los Steelers sarandearon a los Jefes con un juego que posiblemente no despliegan desde entonces. Ben Roethlisberger tuvo cinco pases de touchdown sin intercepciones y Pittsburgh montó una ventaja de 36-0 en el cuarto final antes de quitar el pie del acelerador en una paliza de 43-14.

Amigo mío, si usted espera que se repita ese escenario permítame darle un trago a lo que está tomando.

Pittsburgh no es ese mismo equipo, ni su ofensiva se centra actualmente en Roethlisberger, sino en el control de balón que le brinda Le’Veon Bell, ni los Chiefs son el equipo medroso que llegó a Heinz con la cola entre las patas.

Los Chiefs se transformaron con el pasar de las semanas en un equipo apegado a los fundamentos a cuidar el balón y a forzar intercambios, a atender las tres facetas del juego, a explotar la posición en el terreno y a jugar de la misma forma dentro y fuera de casa.

Son un equipo que llega a la ronda divisional con varias batallas ganadas, tal vez ninguna tan reveladora como ese lapso de tres semanas en los que obtuvieron triunfos de visita en Denver y Atlanta y cerraron ese tramo de la muerte con una convincente victoria en casa ante los Raiders.

Pittsburgh sabe que es difícil comenzar un juego como lo hizo en la semana 4 ante los Chiefs o el domingo anterior ante los Dolphins, con jugadas grandes y explosivas que le desinflen el ánimo y extingan la esperanza del rival desde el mismo primer cuarto.

Ahora deberán cuidar mejor el balón de lo que lo han hecho recientemente, como lo indica su marca, Kansas City es un equipo que no perdona cuando tiene el índice de intercambios a su favor y Roethlisberger no ha sido el más certero a últimas fechas, con ocho intercepciones en sus últimos cinco partidos. Los Chiefs necesitan solo una para cambiar el rumbo de este encuentro.

Los Steelers dominan la serie histórica 21-11 y han ganado cuatro de los últimos cinco enfrentamientos, pero solo gozan de un triunfo en Arrowhead en ese lapso y la única vez que se encontraron en playoffs, resultó en victoria para los Chiefs de la mano de otro ex quarterback de San Francisco, un tal Joe Montana.

Kansas City aspira a repetir ese resultado si logra involucrar lo suficiente al explosivo (en todo sentido) Tyreek Hill y domina la posición en el terreno. Pero si se limitan a eso sin frenar a Le’Veon Bell, todo eso será en vano. Steelers por 3.

Packers en Dallas 

Llegó el momento que el mundo esperaba con ansias, ver como los novatos Dakota Prescott y Ezekiel Elliott se comportan bajo los reflectores de postemporada, y de paso averiguar si en esta ocasión Dez Bryant puede completar el proceso de recepción, sea lo que sea que eso signifique.

Los ojos de la NFL estarán todos en el norte de Texas para ver a Prescott y Elliott en contra de Aaron Rodgers y los Packers, responsables de extinguir su más reciente esperanza de gloria con un polémico triunfo 26-21 en enero de 2015.

La primera tarea para Green Bay, por encima de encontrar cómo llenar el vacío de Jordy Nelson en el ataque aéreo, será detener a Elliott y a la potente ofensiva de Dallas. En la derrota de 30-16 de la semana seis, le permitieron al novato 154 yardas terrestres y a Prescott controlar el reloj de juego.

Segundo en la lista de prioridades será mantener la contundencia que han desplegado en las últimas siete semanas, en las que Rodgers suma 19 touchdowns sin intercepciones y los Packers acumulan siete victorias en fila. En la derrota en casa ante Dallas, sus primeros nueve puntos vinieron cortesía de tres goles de campo, ahora tienen la obligación de encontrar las diagonales con mayor frecuencia si quieren vivir para contarlo.

Para Dallas la misión es más sencilla. Hacer lo que han hecho todo el año: establecer la carrera, cuidar el balón y mantener al rival fuera de la zona de anotación. Solo un rival, Pittsburgh, logró romper la barrera de los 30 puntos ante los Cowboys y solo hubo cuatro juegos en los que perdieron la batalla de intercambios de balón.

Jason Garrett debe apegarse a esa fórmula cueste lo que cueste. No debe pedirle a Dak Prescott que haga de más, como por ejemplo, forzarlo a un tiroteo con Rodgers, de donde pocos salen bien librados.

Los Cowboys no han jugado un partido relevante en tres semanas, mientras que la ofensiva de Green Bay trae un ritmo tremendo, que podría forzar el temido tiroteo entre Prescott y Rodgers y por lo tanto… Packers por 3.

La semana pasada: 3-1

En Playoffs: 3-1

Temporada regular: 143-90-2
Total: 146-91-2