Álvaro Morata será titular en el partido fantasma en Varsovia

Será un encuentro a cápela, una contienda sin público, sanción instituida para restarle apoyo al titular de la afición infractora, la superconflictiva del Legia en el caso que nos ocupa, pero que desfigura y empobrece extraordinariamente un partido.

Hoy, con 275 representantes del Madrid, otros tantos de Legia y unas decenas de periodistas como testigos, se repetirá esa escena envuelta en cemento.

Hace dos semanas el Madrid hizo trizas a los polacos cuando salieron Lucas Vázquez y Morata. La explicación a la suplencia del ariete cada día le cuesta más a Zidane. Ha marcado casi el doble de goles que Benzema (7-4), ha dado más asistencias (3-2) y reclama un juicio justo.

También se abre el cielo para Nacho (“Entra un goleador”, bromeó Valdano cuando relevó a Pepe en Vitoria), al que se ha recurrido poco pese a que el Madrid lleva nueve partidos encajando goles.

El Legia ha moderado su naufragio. Ganó sus dos últimos partidos y ya es sexto en su Liga. Magiera dejó en el banquillo del Bernabéu a Nikolic (12 tantos este curso, 36 el pasado). Un lujo que no repetirá en un equipo que sólo ha metido un tanto, que tira menos que otros 19 de la competición y que es quinto por la cola en posesión.

Hoy se mide a una plantilla que vale 25 veces más a solas, con Cristiano rearmado y ante un Madrid obligado. Necesita un milagro.