Nadal pierde un duelo épico con Del Potro e irá a por el bronce
El argentino le remontó un set para acabar en un tie-break de infarto con 5-7, 6-4 y 7-5 (5) en 3h:08. El español luchará por el bronce contra Nishikori.
Rafa Nadal, que en 2015 no ganó ningún Grand Slam y este año tampoco, quería llegar a Río a curarse. A desfilar delante de España y a olvidar la lesión en la muñeca izquierda que le obligó a retirarse de Roland Garros. Y en vez de por la prudencia optó por el riesgo: tres cuadros del que tuvo que renunciar al mixto. Mordió el oro del dobles con Marc López, le insufló energía, y un día después casi liquida en la semifinal a Juan Martín del Potro, en un partido inolvidable y dramático que acabó 5-7, 6-4 y 7-5 (5) tras 3 horas y 8 minutos.
Este domingo no jugará por otro oro, sino por el bronce frente a Kei Nishikori, que perdió con Andy Murray 6-1 y 6-4. Pero habrá merecido la pena. Perdió pero no fue derrotado.
Del Potro, por su parte, enfrentará mañana (domingo) ante Murray a las 2:00 pm ET.
Nadal se encontró delante a otro que quería quitarse las penas. La catarsis de Juan Martín del Potro, se ha producido en un torneo sin puntos y sin dinero. En un escenario en el que sólo se juega por el orgullo: el tuyo y el de tu país. Y toda Argentina, personalizada en varios centenares de compatriotas que animaban desde la grada como si el Centro Olímpico fuera la Bombonera, estaba con él. Fue el verdugo de Djokovic y lloró mucho toda la semana: es un ganador del US Open (2009) que tras dos operaciones en la muñeca izquierda ha estado al borde de la retirada. Ahora es 141º del mundo, pero empezó 2016 más allá del 1.000.
Tampoco es el Nadal del circuito (“jugar con los colores de España me sienta bien”, dijo tras colgarse el oro la noche anterior) y con casi 16 horas en pista en las piernas repartidas en diez partidos a lo largo de ocho días (el viernes estaba yéndose del Centro Olímpico de Tenis sobre las 4:30 pm ET) salió con las heridas restalladas. En el primer set, volteó un break del argentino para conseguir otros dos. Sólo cometió seis errores no forzados (31 en todo el partido). Aguantó los palos de derecha de la torre de Tandil (1,98 m.) y buscó el revés del argentino, que sufre después de esas dos operaciones.
La grada tomó partido por el campeón de 14 ‘grandes’. La rivalidad histórica del fútbol impide ver ganar a un argentino en Brasil a lo que sea. Y Nadal, con 30 años y muy probablemente ante sus últimos Juegos, salió a por todas. Pero un break del argentino, con saques a más de 200 km/h para 11 aces, igualó la contienda (6-4).
En la manga definitiva se vivió un drama. Del Potro sacó para ganar con 5-4 y Rafa lo neutralizó. Corrió por la pista puño apretado como una fiera. Se desató la locura. Luego se quitó de encima tres bolas de rotura, y llegó el tie-break. Y la grada temblaba. Nadal comenzó abajo 3-0. Hacía falta un milagro y no llegó. Salvó una primera bola de partido pero una derecha que parecía fácil se le fue larga. Del Potro lloró otra vez, de pura felicidad. Y Nadal se fue a saludarle. Había caído, pero no había sido derrotado. Queda el bronce. Y los dos han curado heridas en Río.