Benjamín Cremaschi: “Trato de normalizar todo lo que me pasa en la vida”
La vida de ‘Benja’, a sus escasos 19 años, es una quimera para los chicos de su edad. Compañero de Messi, jugador profesional, olímpico en París, su historia está ligada al deporte, y a un dilema binacional, desde su nacimiento.
Desde hace año y medio, Benjamín Cremaschi ha vivido una seguidilla de sueños cumplidos. Irrealizables incluso para los más optimistas. Debut en la MLS; campeón de la Leagues Cup con Inter Miami; compañero de vestuario de uno de sus ídolos de infancia, Lionel Messi; seleccionado nacional; atleta olímpico. La vida con la que cualquier chico de 19 años fantasearía. Pero ‘Benja’ no la ve con esos ojos de añoranza, de ilusión bisoña. Para el joven argentino que nació en Miami, o el estadounidense que vibra con Argentina, que es lo mismo, el sueño no es otra cosa más que la ‘normalidad’. No es que ‘Benja’ no valore lo que le ha ocurrido en los últimos meses: es que tal asimilación es clave para no dejarse llevar por el fervor del momento.
“Es una locura, si lo miro desde afuera es algo que no es normal. Trato de normalizar todo lo que me pasa en la vida. Por como soy, lo vivo de la manera más normal posible. Pero sí es un sueño que ya cumplí, que lo han de querer cumplir casi todos los chicos del mundo. Afortunadamente, soy yo a quien le tocó estar en este lugar”, dice ‘Benja’, hijo del rugbista Pablo Cremaschi, sobre la oportunidad de jugar a lado de Messi, cuyos portentosos regates forjaron su pasión por el fútbol, como la de tantos, desde pequeño: “Los primeros recuerdos que tengo son, obviamente, ver al Barcelona. Siempre lo seguí, con mi viejo, por los jugadores que tenía. También me acuerdo levantarme todos los domingos temprano para ver partidos de la Premier (League). Era algo que hacía desde chico. Jugar en el parque, ver a mis hermanos jugar”.
La dicotomía también es parte de la ‘normalidad’ en la vida de ‘Benja’. Donde parece haber conflicto, una doble personalidad, hay una insondable facilidad para resolver un dilema. Fútbol y rugby. Estados Unidos y Argentina. River y Boca. No hay necesidad de dramas: Cremaschi hace ver la duda como una nimiedad. Y es que el padre de ‘Benja’, un ‘puma’ de viejo cuño, un ‘millonario’ orgulloso, no obligó a su vástago a seguir sus pasos. “Mi papá quería que yo jugara fútbol. Estábamos en Estados Unidos, donde el rugby recién comenzaba a crecer. Jugaba bien rugby, pero siempre tuve esas ganas de dedicarle más de mi tiempo al fútbol y dejar el rugby de lado. El rugby todavía me encanta, lo disfruto, pero como profesional me gustaba jugar más fútbol”, cuenta.
Con menor tranquilidad lidia con la disyuntiva patriótica. Porque de eso depende, en gran parte, su carrera futbolística. Sí, hay un corazón dividido, como el de tantos ‘hispanos’ que viven en Estados Unidos y añoran por una tierra lejana, por el sazón del hogar primerizo, o perdido, o imposible. “Argentina significa un montón para mí, aunque nací y viví toda mi vida en Estados Unidos. La cultura, de mi casa y de la zona en la que vivo, es muy latina. Casi todos mis amigos son argentinos, o nacidos en Argentina, o en otro lugar, pero con padres argentinos. Le tengo mucho cariño a Argentina. A la selección la sigo viendo y apoyando, pero también Estados Unidos me dio todo. Me dio un lugar seguro para vivir, me hizo crecer como persona, también como lo hizo Argentina”.
‘Benja’ nació en Miami, el 2 de marzo de 2005. Pablo, después de descargar el cañón que tenía como pierna derecha por los campos de rugby de toda Argentina, incursionó en la publicidad y consiguió un trabajo en Florida en una empresa especializada en anuncios espectaculares. Se mudó allí con su esposa, Jimena, exjugadora de hockey y también mendocina, como Pablo. Pero Argentina nunca se fue de la familia Cremaschi. Cada verano volvían al sur, para no despegarse de las raíces. ‘Benja’ se siente argentino, sin duda, pero también estadounidense. Decidió hinchar por uno y jugar por el otro. Y todos contentos. “Lo festejé (el campeonato de la Copa América), lo disfruté. Obviamente, quiero que Argentina gane lo más posible, aunque esté representando a Estados Unidos ahora (...) Estados Unidos me está dando oportunidades muy grandes y una de esas es representar al país en el que nací”, zanjó.
Cremaschi eligió Estados Unidos, un país donde el fútbol cuenta con mucho menos arraigo que en Argentina. Donde el color es radicalmente distinto; donde su rol es tangencial. No importa, dice ‘Benja’. Acá nació, de acá es también aunque también la tierra de allá le aclame. Es Estados Unidos un inmenso campo fértil. “El fútbol está creciendo. La liga crece también. La llegada de Leo (Messi) ayudó mucho. Se están jugando torneos muy importantes en este país ahora. Fue una lástima la Copa América que tuvo Estados Unidos, porque se veía que venía bien, que tenían equipo para competir. Los errores chicos los lastimaron un poco, pero Estados Unidos está en una posición en la que tiene que encontrar la mejor manera para seguir creciendo y no quedarse donde está. El futuro es grande”.
El debut ‘normal’
Todo futbolista sueña con el día de su primer partido profesional. Lo reproduce en su cabeza, con múltiples escenarios, los peores y los mejores, infinidad de veces. ‘Benja’ apenas lo recuerda. For memory sake, fue el 25 de febrero de 2023, victoria 2-0 de Inter Miami sobre Montréal. Cremaschi entró al campo cuando el cronómetro marcaba ya el tiempo de reposición: 90+2. Fue sólo hace año y medio, pero era otro Inter Miami: sin rastro alguno de Messi y compañía, con Rodolfo Pizarro como insignia y Phil Neville a cargo del banquillo. “El día de mi debut pasó muy rápido. Fue un flash. Me acuerdo de entrar, el partido lo estábamos ganando. Me tocó correr. Toqué la pelota una vez en todo el partido. Se me pasó rápido, pero lo pude disfrutar con mi familia”.
El hito, acaso, significó más para los allegados a ‘Benja’ que para él. El juvenil lo tomó como un paso casi natural en su camino. Una normalidad; rodeada, eso sí, de tanto sacrificio. “Para ellos, mis amigos, la gente que me rodea, fue muy emocionante. Para mí también, pero trato de normalizar todo lo que me pasa. Pero sí, la gente que me rodea sabe que pelee mucho para esto. Que sufrí, dejé el colegio; alejarme de todo ese ambiente de mis amigos para buscar mi sueño, que es ser jugador profesional. La gente que me rodea sabe lo que tuve que dejar para estar en este lugar. Ellos lo vivieron con mucha emoción”. Quizá la ‘normalidad’ es la forma más sana de pasar página tras una elección de vida.
‘Benja’ es la envidia de su grupo de amigos. Normal. 19 años. Ellos quisieran su vida, él sabe que pudo tener otra. A veces deplora esa normalidad a la que renunció. El precio de los sueños a veces exige desistir de lo mundano. ‘Benja’, no obstante, recibe con beneplácito el camino que ha elegido. “Hubo muchas cosas que no pude vivir o hacer para vivir otras. Para vivir mis sueños. Si mis amigos pueden tener la vida que yo tengo la elegirían... no es que me esté quejando de nada, pero no es normal. No le pasa a todo el mundo. Como dije, estoy agradecido de que soy yo la persona que está viviendo todo esto”.
Y tantas metas cumplidas, todavía faltan algunas. ‘Benja’, el fan de Messi, de Sergio Agüero, de Kevin de Bruyne, de “los huevos” de Rodrigo de Paul, se siente afortunado, pero no satisfecho. Falta un Mundial. Falta estabilizarse en la Selección de Estados Unidos. Falta competir en el nivel más alto. En Europa. “Donde toque. Y seguir disfrutando de lo que estoy haciendo”. “Tengo sueños, tengo metas, pero creo que lo más importante es enfocarse en el día a día, en los pasos chiquitos que después te llevan a cosas más grandes”. Y ‘normales’
Los números de Benja Cremaschi con Inter Miami
- 59 partidos disputados
- 3.431 minutos de juego
- 6 goles
- 7 asistencias
- 10 tarjetas amarillas
- 1 partido con Estados Unidos