Otra revolución imparable del fútbol femenino
Quisiéramos estar en el cine, leyendo un libro, viendo una serie, pero no. No se puede. En cualquier momento de descuido ¡pum! Aparece el Luis Rubiales de turno para recordarnos que las mujeres no podemos dedicarnos solo al fútbol, a Messi, Mbappé, Amrabat y a la Play. Entre el trabajo, la familia y lo que haya, se tiene que regresar siempre a la lucha.
En el deporte practicado por mujeres hay que militarlo todo, no hay de otra manera. Los salarios, la indumentaria, entrenadores idóneos, la infraestructura. La mejor jugadora de Europa no pudo usar su discurso para bromear y dedicarlo a su familia. Tuvo que recordarle al mundo que como sociedad no podemos permitir el abuso de poder en una relación laboral. Grande, Aitana Bonmatí.
Porque un tipo poderoso le dio un beso sin consentimiento a una subalterna y no dimitió, se enojó, filtró videos, revictimizó. Lo de -casi- siempre. Las instituciones no funcionan, el sentido común se diluye. Muchos señores aplauden con complicidad. Y aquí estamos otra vez con esa mezcla de ira, frustración, pero sobre todo de orgullo porque esta vez nada va a ser igual. It´s over.
Con el #SeAcabó figuras como Alex Morgan, Leicy Santos, Beath Mead, Sofia Jakobsson, Alanna Kennedy, Deyna Castellanos, Alessia Russo y muchas futbolistas más, compartieron una declaración contundente. “Somos más fuertes, estamos más unidas y decididas que nunca. Exigimos un cambio, exigimos mejoras (…) La discriminación está enraizada y ocurre a todos los niveles. El fútbol debe responder y levantarse en este momento crítico, no solo en España sino en el mundo”.
Las 15 ya no son solo 15. Son cientos de jugadoras alrededor del planeta que dicen basta. Son todas las mujeres que han trabajado por el fútbol desde sus espacios, y en silencio, que se vieron representadas en la voz de la entrenadora Sarina Wiegman. Vestida de gala y ante todas las autoridades del fútbol, reivindicó el valor y la disputa de la Selección española, que al final es la de tantas otras.
Quisiéramos parar, dedicarnos a otro tema, pero no. No se puede. Porque como dijo José Luis Sastre, en Hoy por Hoy de la Cadena Ser, “hablar de esto implica honrar lo que acaban de ganar. Ser consecuentes”. La mejor manera de celebrar el éxito deportivo es consiguiendo que las futbolistas puedan dedicarse solo a eso… a jugar. Que el sistema elimine la normalización de la inequidad y el abuso. Que las condiciones mínimas para ellas sean la dignidad y el respeto.