Dak Prescott y Josh Allen, con la presión de ganar el Super Bowl esta temporada
Por diferentes razones, los quarterbacks de Cowboys y Bills están obligados a darles a sus equipos un título de la NFL, que hoy está a 50 días del Kickoff.
Los training camps iniciaron el lunes en Buffalo y Las Vegas. Estamos a 50 días del Kickoff de la NFL 2022 y eso significa que para Dak Prescott y Josh Allen comenzó la cuenta regresiva.
Prescott, quien está por iniciar su séptimo año como titular de los Cowboys, ha llevado a Dallas a los Playoffs en tres ocasiones, incluida su campaña de novato y la de 2021.
Sin embargo, tiene un solo triunfo en postemporada y eso fue en 2018 contra Seattle.
Antes del inicio de la temporada 2021, Prescott firmó una extensión de contrato por cuatro años y 160 millones de dólares, 126 de ellos garantizados.
Eso solo significa que Jerry Jones, dueño de los Cowboys, confía en que Prescott pueda llevar al “Equipo de América” de regreso al Super Bowl y terminar así una sequía de 26 años sin un título de la NFL.
La gran responsabilidad de Dak
Dallas no avanza a un Juego por el Campeonato de la NFC desde 1995, cuando los Cowboys colocaron el quinto trofeo Vince Lombardi en sus vitrinas.
La campaña pasada, Prescott sumó 4,449 yardas aéreas e impuso un nuevo récord de la franquicia con 37 pases de touchdown. Además, fue tercero en la NFL con un rating de 104.2 puntos.
Dallas terminó con récord de 12-5 y ganó su cuarto título de la División Este de la NFC desde 2014 y tercero desde 2016, cuando Prescott -entonces un novato reclutado en la cuarta ronda del Draft- tuvo que sustituir a Tony Romo, quien se lesionó durante la pretemporada y se perdió todo el año.
Pero el final fue el acostumbrado para los Cowboys.
Favoritos por tres puntos para vencer a San Francisco en el Wild Card, Dallas cayó en casa y fue eliminado a las primeras de cambio.
Pero no solo fue el qué, sino el cómo.
Abajo en el marcador 23-17, Prescott llevó el balón por tierra en una carrera diseñada y se deslizó para una ganancia de 17 yardas hasta la 24 de los 49ers, con unos ocho segundos en el reloj de juego.
Parecía que los Cowboys tendrían una última jugada para tratar de empatar el juego, pero Prescott le dio el balón a uno de sus compañeros en lugar de entregárselo al oficial (quien debe poner el ovoide en tierra para que el juego continúe), y para cuando el quarterback azotó el balón en busca de parar el reloj, este había expirado y con él la temporada de Dallas.
Super Bowl o fracaso en Dallas
En 2022 las expectativas, como casi siempre, son altas para los Cowboys.
Pero, si Prescott es capaz de llevar a Dallas al Super Bowl, será sin algunas caras conocidas.
La ofensiva texana perdió en la agencia libre a los wide receivers Amari Cooper y Cedrick Wilson, al guardia Connor Williams y al tackle La’el Collins.
De todos ellos, Dak extrañará más a Cooper, pues en cuatro campañas juntos en Dallas se combinaron para 3,893 yardas y 27 touchdowns.
CeeDee Lamb (79 recepciones 1,102 yardas y 6 touchdowns en 2021) es ahora el WR1 en la ofensiva de los Cowboys, con Michael Gallup, quien se recupera de una lesión en la rodilla, como número dos.
El backfield es de los más completos de la liga con Ezekiel Elliott (237 intentos, 1,002 yardas y 10 touchdowns en 2021) y Tony Pollard (130-719-2).
Hace un mes, el head coach Mike McCarthy adelantó que usará más a Prescott en el ataque terrestre.
“Tenemos la oportunidad de mover más la ofensiva; Dak tiene gran capacidad de movimiento. Ha tenido más repeticiones en la carrera, es más natural para él y se ve realmente bien”, dijo el entrenador.
La línea ofensiva, sin embargo, extrañará a Williams y Collins.
Jerry Jones contrató a McCarthy en 2020 porque pensó que podría llevar a su equipo de regreso al Super Bowl.
Prescott es el quarterback y por lo tanto será corresponsable de uno más en la larga e infame lista de fracasos de los Cowboys.
También te puede interesar: Deshaun Watson demandará a NFL si es suspendido
Es ahora o nunca para los Bills
Josh Allen y los Bills son favoritos en los principales casinos para representar a la AFC en el Super Bowl LVII, el 12 de febrero en Glendale, Arizona.
En enero, Buffalo cayó 42-36 en la Ronda Divisional en Kansas City, en un juego en el que los Bills demostraron que pueden jugar de tú a tú contra los mejores… pero que no los pueden derrotar.
Allen pasó para 329 yardas y cuatro touchdowns, y no fue suficiente para superar a Patrick Mahomes y los Chiefs, que ganaron el duelo en tiempo extra para avanzar por cuarta ocasión en fila al Campeonato de la AFC.
Un año antes, en enero de 2021, Buffalo se quedó a un paso del Super Bowl tras perder el AFC Championship Game 38-24 ante, claro, Kansas City.
Es verdad que los Bills quitaron del asiento del conductor a Bill Belichick y sus Patriots y ahora es Buffalo quien comanda el Este de la AFC, con dos títulos divisionales consecutivos.
La campaña pasada los Bills derrotaron en dos ocasiones a su antiguo némesis, New England, incluida la paliza de 47-17 en el Wild Card.
Allen se convirtió en el primer jugador de Buffalo que supera las 4,000 yardas aéreas y 30 pases de touchdown en temporadas consecutivas.
Además, es el primer jugador en la historia de la NFL con al menos 100 pases de touchdown (103) y 30 anotaciones por la vía terrestre (31) en sus primeras cuatro temporadas.
Von Miller quiere otro anillo
La defensa de los Bills fue líder de la NFL en cuanto a yardas permitidas, pero con solo 42 capturas de quarterback, que los relegó al lugar 11 de la liga.
Por ello, en la agencia libre Buffalo adquirió al linebacker Von Miller, quien en febrero ganó el Super Bowl con los Rams y tratará de obtener un tercer anillo de campeón con un tercer equipo diferente (fue campeón con Denver en 2015).
En la campaña regular 2021, Miller fue tercero en Los Angeles con apenas cinco sacks, pero en los Playoffs fue líder de los Rams con cuatro capturas, incluidas dos en el Super Bowl ante Cincinnati.
Los Bills esperan más de lo mismo de Miller.
La lista de agentes libres que llegaron a Buffalo es larga e incluye a los wide receivers Jamison Crowder y Tavon Austin, al tight end O.J. Howard, al running back Duke Johnson y a los linieros defensivos Shaq Lawson, Jordan Phillips, Tim Settle y Daquan Jones, entre otros.
Es difícil encontrar un roster más completo que el de los Bills y por ello el equipo del coach Sean McDermott no tiene excusas este año.
Y mucho dependerá de lo que haga o deje de hacer Allen.
Aunque el equipo perdió a los wide receivers Emmanuel Sanders y Cole Beasley, Allen aún cuenta con Stefon Diggs, quien en 2021 registró 103 recepciones y 1,225 yardas, convirtiéndose en el primer jugador en la historia de la franquicia con al menos 100 balones atrapados y 1,000 yardas por recepción en temporadas consecutivas.
Tras los “divorcios” de Davante Adams-Aaron Rodgers y Tyreek Hill-Patrick Mahomes, la dupla Allen-Diggs se queda, en el papel, como la mejor de la NFL.
Más armas, menos pretextos
En el segundo día del Draft, los Bills agregaron otra arma para Allen, cuando seleccionaron en la quinta ronda al wide receiver de Boise State, Khalil Shakir.
“(Allen) es un tipo que ha demostrado que es uno de los mejores de la liga”, dijo Shakir. “Puede hacerlo todo desde el punto de vista de un quarterback. Estoy emocionado de llegar ahí, ponerme a trabajar, ganarme su respeto, en primer lugar, y asegurarme de seguir adelante y dejar una buena primera impresión”.
En apenas su quinto año, Allen se ha establecido como uno de los mejores quarterbacks jóvenes de la NFL y no es poca cosa haber llevado a su equipo a los Playoffs en cuatro de esas cinco campañas.
Pero ahora las expectativas son otras. Avanzar a la postemporada no será suficiente para los Bills, que tienen dos objetivos muy claros en 2022: derrotar a los Chiefs y ganar el primer Super Bowl en la historia de la franquicia.