Esta vez, es turno de hablar de un componente importantísimo de los autos, aunque a veces pase desapercibido: el convertidor catalítico. Este dispositivo, que parece un silenciador extra, tiene la gran responsabilidad de reducir las emisiones contaminantes que emiten los motores.
Como una pieza de desgaste, esta autoparte tiene un ciclo de vida. Pero, ¿qué pasa cuando empieza a fallar? ¿Cómo nos damos cuenta? Pues bien, precisamente de eso se trata este artículo.
Antes de empezar con los síntomas, hay que aclarar un poco qué es y para qué sirve este componente. Se puede decir que el catalizador es como el “estómago” del sistema de escape. Recibe los gases de escape del motor, que están llenos de sustancias nocivas, y los transforma en gases menos dañinos antes de liberarlos al ambiente.
Suena sencillo, ¿verdad? Pues la verdad es que el proceso es bastante complejo, ya que en su interior ocurren reacciones químicas que «limpian» los gases.
Síntomas del convertidor catalítico defectuoso
Ahora bien, como cualquier pieza del auto, el catalizador se desgasta con el tiempo y el uso. Y cuando empieza a fallar, el vehículo envía algunas señales de alerta. Así que, atención a lo siguiente.
La luz del “check engine” se enciende como una alarma
Esta es quizás la señal más evidente, aunque no siempre significa que el problema sea específicamente el catalizador. Cuando la computadora del auto detecta un fallo en el sistema de emisiones, enciende esta luz en el tablero.
Puede ser por muchas razones, desde un sensor de oxígeno dañado hasta, efectivamente, un catalizador defectuoso. Si la luz se enciende, lo mejor es llevar el auto a un taller para que lo revisen con un escáner y determinen la causa exacta.
El auto pierde potencia, como si le faltara energía
¿Se siente que el auto ya no acelera como antes? ¿Le cuesta subir pendientes o adelantar a otros vehículos? Esto puede ser una señal de que el catalizador está obstruido. Cuando el flujo de gases de escape se ve impedido, el motor tiene que trabajar más para expulsarlos, lo que se traduce en una pérdida de potencia.
Un olor a huevo podrido invade el ambiente
Este síntoma es bastante característico de un catalizador dañado. El olor desagradable se debe al sulfuro de hidrógeno, un gas que se produce cuando el catalizador no puede convertir correctamente los gases nocivos. Si se percibe este olor, especialmente cuando el motor está caliente, es muy probable que el catalizador esté fallando.
Ruidos extraños debajo del auto, como si algo se estuviera desprendiendo
¿Escuchar un traqueteo o un sonido metálico proveniente de la parte inferior del auto? Esto podría indicar que el material cerámico del interior del catalizador se ha dañado o se está desprendiendo. Si el daño es severo, incluso se podría escuchar un silbido al acelerar, debido a una fuga de gases.
El consumo de combustible aumenta sin explicación
Si se nota que el auto consume más gasolina o diésel de lo habitual, y no se han cambiado los hábitos de conducción, el catalizador podría ser el culpable. Cuando este componente no funciona correctamente, el motor tiene que esforzarse más, lo que aumenta el consumo de combustible.
¿Qué hacer si se sospecha que el catalizador está fallando?
Lo primero es no ignorar las señales. Un catalizador defectuoso no solo contamina el ambiente, sino que también puede dañar otras partes del motor, como los sensores de oxígeno o el sistema de escape. Lo mejor es llevar el auto a un taller especializado para que lo revisen y den un diagnóstico preciso.
¿Y cuánto cuesta reemplazar un convertidor catalítico ?
Pues la verdad es que no es una pieza barata. El precio varía según el modelo del auto y el tipo de catalizador, pero en general, puede costar desde 900 hasta más de 2,000 dólares.
