Los frenos son una de las partes más importantes de cualquier vehículo. Por consiguiente, son esenciales para la seguridad del conductor, los pasajeros y otros usuarios de la vía.
Ahora bien, a medida que los frenos se usan, se desgastan, lo que reduce su eficacia, y así aumenta el riesgo de accidentes. Por ello, es importante estar atento a las señales de que los frenos necesitan ser reemplazados.
Entonces, ¿cuáles son esas señales de que es hora de cambiar los frenos del auto? Aquí algunas de las más comunes:
Ruido chirriante al frenar
Este es, sin duda, el signo más frecuente de desgaste de las pastillas de freno. Las pastillas de freno tienen un indicador de desgaste de metal que hace un ruido chirriante cuando las pastillas están demasiado desgastadas.
Si se escucha este ruido, es importante llevar el auto a un mecánico para que lo revise lo antes posible. No obstante, es importante no confundirlo con un chillido que puede ser normal al frenar suavemente o con los frenos fríos, especialmente en la mañana.
Vibración al frenar
Si se siente que el volante o el pedal del freno vibran cuando frena, esto podría ser una señal de que los discos de freno están deformados. Los discos de freno son las superficies metálicas contra las que se presionan las pastillas de freno para detener el auto.
Por lo tanto, cuando los discos están deformados, pueden causar vibraciones al frenar. De igual manera, esta vibración puede ser síntoma de otros problemas en la suspensión o dirección, por lo cual es crucial una revisión profesional.
Mayor distancia de frenado
A medida que las pastillas y los discos de freno se desgastan, se necesita más distancia para detener el auto. Si se nota que el auto tarda más en detenerse de lo normal, es importante llevarlo a un mecánico para que revise los frenos. Es más, este aumento en la distancia de frenado puede ser gradual y, por ende, difícil de notar al principio, por lo que se recomienda realizar pruebas periódicas de frenado en un lugar seguro.
Pedal de freno blando o esponjoso
Si el pedal del freno se siente blando o esponjoso cuando lo presionas, esto podría ser una señal de que hay aire en el sistema de frenos o de que hay una fuga de líquido de frenos.
En consecuencia, es importante llevar tu auto a un mecánico para que revise el sistema de frenos y solucione el problema. Por otro lado, un pedal que se va hasta el fondo puede indicar un problema más serio, como un fallo en el cilindro maestro, de ahí que la atención inmediata sea imperativa.
Luz de advertencia de frenos encendida
La mayoría de los autos modernos tienen una luz de advertencia de frenos en el tablero que se enciende cuando hay un problema con el sistema de frenos. Si esta luz se enciende, es importante llevar el auto a un mecánico para que lo revise lo antes posible.
No obstante, es vital diferenciar entre la luz del freno de mano y la luz de advertencia del sistema de frenos, ya que la primera solo indica que el freno de mano está activado.
Pero eso no es todo. También hay otros factores a considerar:
Desgaste visible de las pastillas de freno
Si se pueden ver las pastillas de freno a través de las llantas, es posible inspeccionar su grosor. Las pastillas de freno nuevas suelen tener un grosor de alrededor de 12 mm. Si las pastillas de freno tienen un grosor de 3 mm o menos, es hora de reemplazarlas. Aunque puede ser difícil medir con precisión, una pastilla que se ve delgada a simple vista, es decir, menor a un cuarto de su grosor original, es motivo de preocupación.
Sensación de que el auto se desvía hacia un lado al frenar
Si el auto se desvía hacia un lado cuando se frena, esto podría ser una señal de que los frenos de un lado del auto están más desgastados que los del otro. Esto se debe a que un lado frena con más fuerza que el otro, causando la desviación. Claro que, un desequilibrio en la presión de los neumáticos también puede causar este efecto, por eso hay que descartar primero esta posibilidad.
Olor a quemado al frenar
Si huele a quemado al frenar, esto podría ser una señal de que los frenos se están sobrecalentando. Esto puede ocurrir si se conduce cuesta abajo durante un período prolongado de tiempo y se usan los frenos en exceso. Asimismo, un cáliper atascado que mantiene las pastillas presionando constantemente contra el disco puede generar este olor, por lo tanto, se debe resolver de inmediato.
Ahora bien, aparte de las señales mencionadas, hay que recordar que el mantenimiento preventivo es fundamental. Se recomienda revisar los frenos cada 12,000 millas (20,000 kilómetros) o una vez al año, lo que ocurra primero.
De esta forma, se puede detectar problemas a tiempo y evitar reparaciones más costosas en el futuro. Finalmente, la frecuencia de cambio de frenos depende del estilo de conducción y las condiciones de uso, por ejemplo el manejo en ciudad con frenadas constantes desgasta más rápido los frenos que conducir en carretera, en cambio, en las carreteras los frenos casi no se usan.
