En el mundo de las gasolinas, es común encontrar que haya una diferencia entre las gasolinas en las estaciones de servicio, entre ellas las 87, 89 y 92 octanos.
Realmente, estos números hacen referencia a la capacidad de la gasolina para resistir la detonación de la mezcla aire-combustible dentro del motor.
Más en específico, estos números con los que se clasifican provienen del octano, el compuesto químico específico que se utiliza como referencia para medir la resistencia de un combustible a la detonación no deseada en el motor.
Y del octano parte el octanaje que es la medida de la capacidad antidetonante de un combustible en comparación con el octano puro. Se expresa como un número que indica la proporción de octano que tendría la misma capacidad antidetonante que el combustible en cuestión.
Por ejemplo, si un combustible tiene un octanaje de 89, significa que tiene la misma capacidad antidetonante que una mezcla de 89% de iso-octano (un compuesto con propiedades similares al octano) y 11% de heptano (un compuesto que tiende a detonar fácilmente en el motor).
Un combustible con un octanaje más alto es capaz de resistir la detonación mejor que uno con un octanaje más bajo, lo que permite un rendimiento más eficiente del motor y reduce el riesgo de daños por detonación.
En general, los motores de alto rendimiento o de alta compresión requieren gasolinas con un octanaje más alto para evitar la detonación prematura y asegurar un funcionamiento suave y eficiente.
Es importante destacar que el octanaje no indica la calidad general de la gasolina, sino solo su capacidad antidetonante. Otros factores, como la eficiencia energética, la limpieza del motor y las emisiones, también son importantes al considerar la calidad de un combustible.
La diferencia entre las gasolinas por octanaje
Teniendo en cuenta lo anterior, es importante considerar la diferencia entre las gasolinas que están disponibles en la mayoría de las estaciones:
Gasolina de 87 octanos
Es la opción más económica, pero también la de menor octanaje. Esto significa que posee una menor resistencia a la detonación y puede generar una mayor cantidad de “golpeteo” o «pistoneo» en motores de alta compresión.
Estos motores requieren una mayor calidad de combustible para funcionar correctamente, por lo que la gasolina de 87 octanos puede no ser la mejor opción si el auto tiene altas demandas de potencia.
Gasolina de 89 octanos
Se encuentra en un punto intermedio en términos de precio y octanaje. Es una opción popular para la mayoría de los motores modernos que no tienen requerimientos específicos de combustible.
Esta gasolina ofrece un equilibrio adecuado entre costo y rendimiento, proporcionando suficiente resistencia a la detonación para evitar daños al motor y al mismo tiempo ofreciendo un buen desempeño en términos de potencia y eficiencia.
Gasolina de 92 octanos
También conocida como “premium” o “súper”, es la opción de mayor octanaje y suele ser más costosa. Esto se debe a que está diseñada para motores de alto rendimiento o de alta compresión, como algunos autos deportivos o de lujo.
Esta gasolina de 92 octanos ayuda a prevenir el golpeteo en estos motores más exigentes y puede proporcionar un mejor rendimiento en términos de potencia y respuesta.
¿Cuál es la mejor opción?
En sí, la elección entre la diferencia entre las gasolinas de 87, 89 y 92 octanos depende principalmente de las especificaciones del motor del auto. Si el modelo no requiere un alto octanaje, la gasolina de 89 octanos suele ser una opción adecuada en términos de rendimiento y costo.
Sin embargo, si se tiene un motor de alto rendimiento o alto nivel de compresión, es recomendable utilizar gasolina de 92 octanos para evitar posibles problemas de detonación y optimizar el desempeño de tu vehículo.