Desde que el Mustang debutó en la década de 1960, Ford ha relucido por sus motores V8 que rugen con una potencia brutal. Pero con el Mustang GTD (Grand Touring Daytona), la cosa cambia, porque este muscle car viene a romper el molde.
Mientras muchas marcas se suben al tren eléctrico, Ford sigue apostando por la gasolina en sus super autos. Como lo marca la regla en los american cars, el GTD lleva un V8 monumental que lo corona como el Mustang más potente y avanzado de la historia, listo para dominar tanto el asfalto de las calles como el rugido de los circuitos.
Y es que, con este ocho cilindros, el Mustang GTD se pone a la par de los exóticos europeos. Pero ojo, este no es un pony cualquiera con esteroides. Esta versión es una reinvención total, diseñada junto al Mustang GT3 de competición. Es como si hubieran tomado un caballo salvaje y lo hubieran entrenado para ser un pura sangre de carreras.
Para ganarse el título del Mustang más capaz, el GTD presume un V8 de 5.2 litros sobrealimentado que registra más de 800 hp. ¡Eso es potencia de un superdeportivo exótico!
Más allá de la fuerza bruta. Este potro también tiene cerebro: transmisión de doble embrague de ocho velocidades, escape de titanio, chasis y suspensión de carreras, y frenos carbocerámicos. Es como un pura sangre de carreras, pero con permiso para circular por la calle.
Diseño que corta el viento y roba miradas
Además de su poder y precisión, el GTD es un maestro de la aerodinámica. Su carrocería musculosa lleva un alerón trasero activo, un difusor y otros trucos aerodinámicos que lo pegan al suelo como una lapa, mejorando la estabilidad a velocidades de vértigo.
Como resultado de ello, es un muscle car que no solo es rápido en línea recta, sino que también devora curvas con una ferocidad sorprendente. En las manos adecuadas, puede codearse con los mejores superdeportivos del mundo, e incluso dejarlos mordiendo el polvo.
Y no podemos olvidar el interior, una mezcla de deportividad, lujo y tecnología. Asientos deportivos Recaro, volante forrado en Alcántara, detalles en fibra de carbono. No hay duda que este Mustang hace sentir como un piloto profesional.
¿El futuro de los muscle cars?
¿Qué significa todo esto para el futuro de los muscle cars americanos? ¿Estamos viendo el amanecer de una nueva era, donde la potencia bruta se fusiona con la tecnología más avanzada para crear máquinas imparables?
Evidentemente, el Mustang GTD ha abierto una puerta emocionante, demostrando que los muscle cars son mucho más que simples dragsters. Son autos que hacen vibrar tanto en la calle como en la pista, desafiando a los más grandes.
Mustang GTD: Un juguete para unos pocos
Claro, todo esto tiene un precio, pues el GTD es un auto exclusivo, con producción limitada y un valor que lo pone en la liga de los superautos. Pero si tienen 325,000 dólares y quiere lo mejor de lo mejor, este Mustang es el auto ideal. Es el pináculo de lo que un Mustang puede ser.