Si se ha estado siguiendo el mundo de los autos eléctricos, o incluso si sólo se ha curioseado un poco, seguro se ha podido notar algo curioso últimamente: un montón de marcas de automóviles, algunas con décadas de historia, están anunciando que adoptarán el sistema de carga de Tesla.
Puede sonar técnico, pero hay que pensarlo así: es como si, de repente, varias compañías de teléfonos decidieran usar el mismo cargador que Apple. Surge la pregunta obvia: ¿qué está pasando exactamente? ¿Por qué este movimiento hacia el llamado NACS (North American Charging Standard) de Tesla?
Para empezar, hay que entender un punto crucial: no todos los autos eléctricos usan el mismo “enchufe” para cargar, especialmente cuando hablamos de carga rápida en carretera.
Durante años, en Norteamérica principalmente, han existido dos grandes protagonistas. Por un lado, estaba el conector de Tesla, exclusivo de sus vehículos. Por otro lado, el CCS (Combined Charging System), un estándar adoptado por la mayoría de las otras marcas como Ford, General Motors, Volkswagen, Hyundai y muchas más.
Es como llegar a una estación de servicio y que la manguera de gasolina no encaje en el auto. Pues algo parecido sucedía (y todavía sucede en parte) con los eléctricos. Por ejemplo, los conductores de un Ford Mustang Mach-E no podían simplemente usar un Supercargador de Tesla, y viceversa.
Esto generaba cierta ansiedad, especialmente en viajes largos, porque la disponibilidad y fiabilidad de las redes de carga CCS, aunque en crecimiento, a menudo dejaban que desear comparadas con la red de Tesla.
Cargadores de Tesla NACS
Aquí entra en juego el NACS. Originalmente, era simplemente el conector propietario de Tesla. Es conocido por ser más compacto, ligero y, para muchos, más fácil de manejar que el CCS. Maneja tanto la carga lenta en casa (AC) como la carga rápida en carretera (DC) en un solo puerto, lo cual es bastante ingenioso.
No obstante, hace relativamente poco, Tesla decidió abrir su estándar, rebautizándolo como North American Charging Standard (NACS) e invitando a otros a usarlo. Fue un movimiento estratégico brillante. ¿Por qué? Porque no solo ofrecían el diseño del conector, sino, implícitamente, la llave de acceso a su joya de la corona: la red de Supercargadores.
La verdadera razón del cambio
Y aquí llegamos al quid de la cuestión. La razón fundamental por la que gigantes como Ford, General Motors, Rivian, Volvo, Polestar, Mercedes-Benz, Nissan, Hyundai y la lista sigue creciendo, están apostando por el NACS no es solo por el diseño del enchufe en sí. Es, primordialmente, por el acceso a la red de Supercargadores de Tesla.
Y es que, la red de Tesla es, con diferencia, la más extensa, la más fiable y la que ofrece una experiencia de usuario más sencilla en Norteamérica. Sin apps complicadas, sin terminales de pago que fallan, sin llegar a un cargador y encontrarlo fuera de servicio (o, al menos, con mucha menos frecuencia que en otras redes).
Todo esto las marcas de autos lo saben. Han escuchado las quejas de sus clientes sobre las dificultades para cargar en redes CCS. Han visto cómo la “ansiedad de rango” se transformaba en “ansiedad de carga”.
Por lo tanto, construir una red propia que rivalice con la de Tesla requiere una inversión titánica y mucho tiempo. En consecuencia, aliarse con Tesla y ofrecer a sus clientes acceso a los Supercargadores (inicialmente mediante adaptadores, y luego con el puerto NACS integrado de fábrica) se convirtió en una solución mucho más rápida y efectiva para mejorar drásticamente la experiencia de propiedad de sus vehículos eléctricos.
Cargadores de Tesla: Un efecto dominó
Cuando Ford y GM, dos pilares de la industria automotriz estadounidense, anunciaron su cambio al NACS, fue como si se abrieran las compuertas. Creó una enorme presión sobre el resto de fabricantes. Si los competidores directos van a ofrecer acceso a la mejor red de carga, ¿puedes permitirte no hacerlo? De ahí que viéramos una cascada de anuncios similares. Cada marca que se unía hacía más difícil para las restantes justificar quedarse únicamente con el CCS en Norteamérica.
Esto no significa que el CCS vaya a desaparecer de la noche a la mañana. Hay millones de autos en circulación con ese puerto y miles de cargadores instalados. Sin embargo, su futuro como estándar dominante en la región parece, cuanto menos, incierto. Ante ello, las compañías de carga que operan redes CCS ahora se enfrentan al desafío de incorporar conectores NACS a sus estaciones para no quedarse atrás.
¿Qué gana Tesla?
Desde luego, Tesla no lo hace por pura generosidad. Al abrir su red, consigue una nueva fuente de ingresos (cobrará a los conductores de otras marcas por usar sus Supercargadores).
Igualmente, refuerza su posición como líder tecnológico y, en cierto modo, consolida su estándar como el preferido, lo cual tiene un valor estratégico inmenso. Es una jugada maestra que beneficia su negocio a largo plazo.
Pero, y esto es lo importante, los conductores también salen ganando. Esta convergencia hacia un estándar dominante, respaldado por la red más robusta, simplifica enormemente la vida. Menos preocupaciones sobre qué enchufe usar, dónde encontrar un cargador funcional o si necesitarás múltiples apps y suscripciones. A la larga, facilita la transición a la movilidad eléctrica para mucha más gente, al eliminar una de las barreras más significativas.