Vaya, ¿quién lo hubiera dicho? Aquel vehículo que parecía sacado directamente de una película de ciencia ficción, la Cybertruck de Tesla, que acaparó titulares y generó una expectación sin precedentes, parece estar atravesando un momento complicado.
Sí, hablamos de esa camioneta eléctrica con un diseño que rompió moldes, amado por unos y cuestionado por otros, pero que indudablemente no dejó indiferente a nadie.
Pues resulta que, tras el brillo inicial y las largas listas de espera, la realidad actual pinta un panorama bastante diferente, uno donde venderlas se está convirtiendo en un verdadero quebradero de cabeza para la compañía de Elon Musk.
Del furor inicial a la demanda estancada
Según los números más recientes que andan circulando, Tesla tendría acumulado en Estados Unidos un inventario de unas 2,400 Cybertrucks que simplemente no encuentran dueño. Si hacemos cuentas, esto representa un valor cercano a los 200 millones de dólares en camionetas esperando ser vendidas.
Al principio, uno podría pensar que las ventas, que llevan ya como año y medio en marcha, iban lentas por aquello de que la producción era limitada, o tal vez porque la primera versión disponible, la «Foundation Series», tenía un precio más elevado, y súmale a eso que no aplicaba para el crédito fiscal de 7,500 dólares que tanto ayuda en Estados Unidos.
Pero ahora, la situación es distinta. Resulta que Tesla sí ha conseguido aumentar el ritmo de fabricación, sacando más unidades de la línea de montaje. El problema es que la demanda, esa que parecía infinita al principio, no está respondiendo con el mismo entusiasmo.
Por si fuera poco, la situación se enredó todavía en marzo. ¿Recuerdan? Hubo un momento en que Tesla tuvo que poner el freno de mano a las entregas. El motivo fue una llamada a revisión, un recall, que afectaba a todas las Cybertrucks fabricadas hasta ese momento.
El problema era serio: existía la posibilidad de que algunas partes de la carrocería, esos paneles de acero inoxidable tan característicos, pudieran desprenderse. Lógicamente, esto supuso un freno importante y, aunque encontraron una solución y la implementaron en la producción a partir del 21 de marzo, el daño a la imagen y la confianza ya estaba hecho, sembrando dudas entre posibles compradores.
La reventa complicada
Y aquí viene una parte que llama mucho la atención y que nos da una idea de la complejidad del asunto: Tesla parece no querer saber nada de las Cybertrucks una vez vendidas, al menos en lo que a recompras o intercambios se refiere.
Resulta bastante curioso que la compañía se esté negando a aceptar la Cybertruck como parte de pago, incluso si el cliente quiere cambiarla por otro modelo de Tesla nuevecito. Y lo mismo les está pasando a algunos propietarios que, enfrentando problemas con su camioneta, han pedido a Tesla que se la compre de vuelta.
La respuesta que reciben, según parece, es un portazo que les dirige hacia el proceso de la «Ley del Limón» (Lemon Law), que básicamente es el camino legal para reconocer oficialmente que un producto salió defectuoso. Una vía larga y, a menudo, frustrante para el consumidor.
Esta reticencia de Tesla a recomprar sus propios Cybertrucks tiene mucho sentido si miramos cómo se está comportando el mercado de vehículos usados. Puesto que los precios de las Cybertrucks de segunda mano están cayendo en picado. Hablamos de una depreciación interanual de alrededor del 55%, una barbaridad.
Y la tendencia a la baja continúa: un 13% menos en el último trimestre y un 6% solo en el último mes. Aquellos propietarios que intentan vender su Cybertruck a concesionarios se están encontrando con ofertas realmente bajas. Parece que el mercado está en un compás de espera, tratando de adivinar dónde tocará fondo el precio de esta camioneta tan particular. Consecuentemente, para Tesla, recomprar unidades a un precio decente para luego ver cómo su valor se desploma no parece ser un negocio atractivo.
Hasta la fecha, se calcula que Tesla ha conseguido vender cerca de 50,000 unidades de la Cybertruck. Una cifra que no es despreciable en absoluto, pero que quizás sabe a poco considerando las expectativas iniciales y el bombo mediático.
Mientras tanto, hay señales que sugieren que la compañía podría estar reduciendo un poco el ritmo de producción. Todo esto apunta a que, probablemente, Tesla se esté preparando para empezar a ofrecer descuentos más generosos o promociones para mover ese inventario acumulado.
Los analistas del sector ya especulan que, una vez se agoten las existencias de la «Foundation Series», Tesla lanzará por fin la versión más básica, con tracción trasera y, crucialmente, un precio más bajo.Inevitablemente, lo cual tendrá un efecto dominó, presionando aún más a la baja el valor de todas las Cybertrucks que ya están circulando por las carreteras, para disgusto de sus actuales propietarios.
Un caso de estudio
En definitiva, la historia del Cybertruck está pasando de ser una crónica de éxito disruptivo y futurista a convertirse en un caso de estudio sobre los desafíos de llevar un producto radicalmente diferente al mercado masivo.
Factores como el diseño polarizante, los problemas iniciales de producción y calidad, sumados a un precio elevado y ahora una depreciación galopante, están conformando una tormenta perfecta.
Así pues, lo que empezó como un golpe sobre la mesa de Tesla, ahora parece requerir una estrategia cuidadosa para evitar que la Cybertruck pase de ser un icono a ser un lastre.