¿Es la autonomía el principal obstáculo de los autos eléctricos?

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Los autos eléctricos se están volviendo cada vez más populares, pero su adopción todavía no es masiva. ¿Cuál es el principal obstáculo para su éxito?

¿Es la autonomía el principal obstáculo para que se vendan más autos eléctricos?

Conforme han pasado los años, los autos eléctricos (EV) han ido ganando popularidad, y cifras de ventas como las del Tesla Model Y demuestran este éxito, al grado que ha eclipsado al Toyota Corolla como el auto más vendido en el mundo. 

Sin embargo, a pesar de este crecimiento, con casi diez millones de vehículos eléctricos vendidos el año pasado, hay una notable desaceleración en las tasas de adopción.

Y es que, el principal problema que disuade a los compradores potenciales no es necesariamente el precio o la disponibilidad de las estaciones de carga, sino las limitaciones de autonomía, especialmente en condiciones climáticas frías.

Las cifras demuestran los problemas en la autonomía

Una muestra de ello es el Dacia Spring, el auto eléctrico más barato de Europa. Cuenta con una modesta capacidad de batería utilizable de 26.8 kWh, que ofrece una autonomía de 140 millas (230 kilómetros según el Procedimiento de prueba de vehículos ligeros armonizado a nivel mundial (WLTP). 

No obstante, las condiciones del mundo real, especialmente en climas más fríos, pueden reducir a la mitad esta autonomía debido al aumento del consumo de energía, que puede pasar de 11-12 kWh/100 km a más de 20-22 kWh/100 km.

Este fenómeno no es exclusivo del Dacia Spring; es un hecho bien conocido que el clima frío afecta negativamente a todas las baterías de iones de litio. Este impacto en la autonomía puede ser significativo: la calculadora de autonomía del Dacia Spring indica una autonomía máxima de sólo 45 millas (74 kilómetros) a 0°C y una velocidad de 79 mph (110 km/h). 

Aunque el Spring está diseñado como un auto urbano, adecuado para desplazamientos diarios de unos 35-45 millas (60-70 kilómetros), no es el vehículo elegido para viajes más largos, que es donde los coches de gasolina siguen teniendo una ventaja.

A modo de comparación, un auto familiar de gasolina con un depósito de 13 galones (50 litros) puede estimar una autonomía de más de 350 millas (600 kilómetros) en condiciones climáticas suaves, descendiendo a 250 millas (400 kilómetros) en condiciones más frías. 

La autonomía es el reto a vencer en los autos eléctricos

Si bien cargar un auto eléctrico como el Spring en casa es significativamente más barato que llenar un tanque de gasolina, la autonomía de un coche de gasolina en las peores condiciones puede ser al menos cuatro veces mayor que la de un vehículo eléctrico.

Se puede decir que la narrativa sobre la ansiedad por la autonomía de los autos eléctricos suele ser exagerada, pero no es del todo infundada. Así, el desafío radica en gestionar las expectativas y comprender las compensaciones. 

De hecho, los vehículos eléctricos son más adecuados para la conducción en ciudad y para trayectos más cortos, donde destacan por su eficiencia y rentabilidad. Para viajes más largos, especialmente en climas más fríos, los autos de gasolina ofrecen actualmente más fiabilidad en términos de autonomía.

Por tanto, la historia de la autonomía de los autos eléctricos no se trata de obstáculos insuperables, sino más bien de compromiso y comprensión de las limitaciones de la tecnología. 

El futuro tiene la respuesta

A medida que avanza la tecnología de las baterías y mejora la infraestructura, es probable que disminuya la brecha en la ansiedad por la autonomía. Hasta entonces, los consumidores deben sopesar los pros y los contras, considerando sus necesidades específicas y sus hábitos de conducción.

En conclusión, aunque los autos eléctricos han logrado avances significativos, el camino hacia una adopción generalizada todavía se ve obstaculizado por preocupaciones sobre la autonomía, particularmente en condiciones climáticas extremas. 

Es un recordatorio de que la transición a la movilidad eléctrica es un proceso gradual, que requiere paciencia, innovación y voluntad de adaptarse a nuevos paradigmas de conducción.

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