Durante años, la conversación sobre los autos eléctricos ha girado en torno a tres grandes “peros”: la autonomía, el precio y el tiempo de carga. Hay que decirlo, los dos primeros están prácticamente resueltos. Ya hay modelos con autonomías más que decentes para el día a día, y los precios, aunque aún no son para todos los bolsillos, van bajando a buen ritmo.
Pero, ¿qué pasa con el tiempo de carga? Ahí es donde la cosa se complica. Esperar horas para “llenar el tanque” no es precisamente atractivo para la mayoría de los conductores. Por eso, lo que acaba de anunciar esta marca de autos podría ser un antes y un después.
La marca en cuestión es BYD, un gigante chino que, quizás, no suene tanto como Tesla, pero que está pisando fuerte en el mundo de los vehículos eléctricos. Y lo que han presentado es, ni más ni menos, una nueva plataforma de carga que, según afirman, podría revolucionar la forma en que interactuamos con los coches eléctricos.
La clave está en su “Super e-Platform”, una tecnología que, en teoría, permitiría alcanzar una potencia de carga de 1,000 kW. Para ponerlo en perspectiva, eso es el doble de lo que ofrecen actualmente los supercargadores de Tesla.
¿El resultado? En teoría, se podrían obtener 400 kilómetros de autonomía en tan solo 5 minutos de carga. Prácticamente lo mismo que se tarda poner gasolina a un auto con motor de combustión.
¿Cómo lo logran?
Claro, la pregunta es: ¿cómo se consigue esto en los EV? Bueno, hay varios factores en juego:
Batería «Flash»: BYD ha desarrollado una batería especial, llamada “Batería de carga flash”, que tiene un diseño interno que permite que los iones (las partículas que transportan la electricidad) se muevan a toda velocidad entre el ánodo y el cátodo (los polos de la batería).
Chips de potencia de última generación: También han creado unos chips de carburo de silicio (SiC) que, básicamente, son como el cerebro que controla la carga. Estos chips pueden manejar voltajes altísimos (hasta 1,500 volts), lo que es fundamental para una carga tan rápida.
Sistema de carga refrigerado: Para evitar que todo se sobrecaliente (porque, obviamente, tanta potencia genera mucho calor), BYD ha diseñado un sistema de carga con refrigeración líquida que mantiene todo bajo control.
Pero, claro, de nada sirve tener una tecnología de carga ultrarrápida si no se tiene dónde usarla. Por eso, BYD también ha anunciado que va a construir su propia red de carga en China, con más de 4,000 puntos. Aunque no han dado fechas concretas, este es un paso crucial para que su tecnología sea realmente útil para los conductores.
¿Demasiado bueno para ser verdad en los EV?
Ahora bien, es importante mantener un cierto escepticismo. Aunque las promesas de BYD son muy emocionantes, hay que tener en cuenta algunos aspectos:
Disponibilidad: Por ahora, esta tecnología solo estará disponible en dos modelos de BYD (el Han L y el Tang L). Habrá que ver cuándo y cómo se expande a otros vehículos.
Infraestructura: Aunque BYD construya su propia red de carga, esta estará limitada a China, por el momento. La expansión a otros mercados será clave para el éxito global de esta tecnología.
Competencia: No olvidemos que otras marcas, como Tesla, también están trabajando en mejorar los tiempos de carga. La carrera por la carga ultrarrápida no ha hecho más que empezar.
Precio de esta tecnología: Por ser coches de alta gama, aun no se ha desvelado el precio de esta tecnología. No obstante, es de suponer que este sea elevado.
En definitiva, lo que BYD ha presentado es un avance muy prometedor. Si logran cumplir sus promesas y expandir esta tecnología, podríamos estar ante un cambio de paradigma en la movilidad eléctrica.
Y es que, la carga ultrarrápida podría eliminar una de las últimas barreras para la adopción masiva de los autos eléctricos, acercándonos a un futuro más limpio y sostenible. Eso sí, habrá que seguir de cerca los próximos pasos de BYD y de la industria en general.
