Al estar en un auto moderno es probable que se hayan visto las siglas ACC en algún lugar del tablero o en el manual. Estas letras están ahí para hacer la vida más fácil y, sobre todo, más segura.
ACC son las iniciales de Adaptive Cruise Control o Control de Crucero Adaptativo en español. A primera vista, se podría pensar que es lo mismo que el control de crucero que muchos vehículos han tenido por años, ese sistema que permite mantener una velocidad constante en carretera sin tener que pisar el acelerador.
Sin embargo, el ACC lleva ese concepto al siguiente nivel para conseguir un mayor nivel de confort al volante. ¿Cómo? Pues ajustándose de manera automática a las condiciones del tráfico.
La diferencia con el control de crucero tradicional
Primero, hagamos un pequeño repaso de lo que es el control de crucero convencional. Este sistema permite fijar una velocidad para que el auto la mantenga, lo que puede ser una verdadera bendición en trayectos largos por carretera.
No obstante, tiene sus limitaciones, ya que si se acerca a un auto más lento delante por delante, se necesita frenar manualmente o desactivar el control de crucero.
Con el ACC ese inconveniente se resuelve de una manera brillante. En lugar de mantener una velocidad fija sin importar lo que pase, este sistema utiliza sensores, cámaras y radares para monitorear lo que ocurre al frente.
Si se detecta que el vehículo que va delante reduce su velocidad, el ACC la ajusta automáticamente, disminuyendo la velocidad para mantener una distancia segura. Y cuando el tráfico se despeja, el sistema acelera de nuevo para volver al ritmo previamente establecido.
¿Cómo funciona el ACC?
Este sistema trabaja de la mano con varios sensores que normalmente están ubicados en la parte delantera del vehículo, ya sea en la parrilla, debajo de los faros o en el parachoques.
Estos sensores utilizan ondas de radar o láser para medir la distancia y la velocidad de los vehículos que se encuentran delante. También puede incorporar cámaras que ayudan a reconocer las líneas del carril y otros elementos de la carretera.
Cuando el sistema detecta un auto más lento delante, ajusta la aceleración y, si es necesario, aplica los frenos para mantener una distancia segura.
Esta distancia que el ACC mantiene entre el auto y el que va adelante es configurable, así que se puede elegir entre una distancia más corta o más larga, dependiendo de tus preferencias y las condiciones de la carretera. Esto es especialmente útil en situaciones de tráfico denso, donde hay muchas paradas y arranques.
¿En qué situaciones es más útil?
Este ACC es particularmente beneficioso en viajes largos por carretera, donde el tráfico tiende a ser constante pero es posible encontrarse con algún vehículo más lento. También es muy útil en situaciones de tráfico intermitente o congestionado, donde el sistema puede ayudar a evitar el estrés de acelerar y frenar continuamente.
Aunque puede sonar como una función que solo ayuda a relajar un poco más en carretera, en realidad, también aumenta la seguridad. Mantener una distancia constante y adecuada entre vehículos es una de las claves para evitar colisiones por alcance, esas que ocurren cuando alguien frena de repente y no tienes tiempo de reaccionar.
Limitaciones del ACC
Como todo sistema de asistencia al conductor, el ACC tiene sus limitaciones. Si bien puede ajustar la velocidad y frenar, no es un sistema de conducción autónoma. Todavía se requiere que el conductor esté atento y listo para intervenir si es necesario. Por ejemplo, no puede detectar vehículos detenidos o que se cruzan continuamente, situaciones en las que el conductor debe tomar el control.
Aparte, el ACC no siempre funciona bien en todas las condiciones climáticas. Tanto la lluvia intensa, la niebla o incluso la nieve pueden afectar la capacidad de los sensores para detectar correctamente lo que sucede alrededor del vehículo. Así que, aunque es una ayuda invaluable, no se debe confiar en él ciegamente.
Evolución del ACC
Como ocurre con muchas tecnologías en el mundo automotriz, el ACC ha ido evolucionando con el tiempo. En un inicio, solo funcionan a velocidades de carretera, lo que significaba que no eran muy útiles en ciudad o en situaciones de tráfico pesado.
Sin embargo, las versiones más recientes de ACC incluyen la capacidad de operar a velocidades bajas e incluso detener por completo el vehículo, lo que se conoce como “Stop & Go”. Este avance es especialmente útil en atascos o semáforos, ya que el auto puede detenerse y arrancar automáticamente sin que tengas que intervenir.
Incluso hay sistemas que, junto con otras tecnologías como el mantenimiento de carril, se acercan a lo que podría considerarse conducción semiautónoma. Esto significa que el auto no solo ajusta la velocidad, sino que también puede girar el volante para mantenerse dentro del carril. Sin embargo, aunque estos avances son impresionantes, no hay que olvidar que siempre se necesita la supervisión humana.