¿Niño adelante del auto? Requisitos de peso y estatura (la edad no basta)

El debate sobre cuándo un niño puede ocupar el asiento del copiloto va más allá de los 13 años. La clave está en su desarrollo físico y en cómo el cinturón de seguridad (seat belt) se ajusta a su cuerpo para protegerlo de verdad.

¿Niño adelante del auto Requisitos de peso y estatura (la edad no basta)

Una de las dudas más frecuentes en la seguridad familiar dentro del auto gira en torno al asiento del copiloto. La costumbre nos ha hecho creer que cumplir cierta edad es como recibir un pase automático para viajar adelante, pero la realidad es mucho más compleja. 

El verdadero indicador del niño adelante del auto no tiene que ver con cuántos años se tienen, sino con la forma en que el cuerpo de un infante se adapta a los sistemas de protección de un vehículo, los cuales fueron diseñados pensando en la fisionomía de un adulto.

El punto central de esta discusión, y la razón por la que existen estas reglas, es la bolsa de aire (airbag) del pasajero. Este sistema está diseñado para proteger a una persona de tamaño adulto, desplegándose a velocidades de hasta 200 millas por hora. 

Para un niño, cuyo sistema óseo aún está en desarrollo y cuya cabeza es proporcionalmente más grande y pesada, el impacto de un airbag puede ser catastrófico en lugar de salvador. Por consiguiente, la pregunta correcta no es cuándo, sino cómo un niño pueda sentarse adelante de forma segura.

¿A qué edad puede un niño viajar sin 'Booster Seat' en Estados Unidos

Niño adelante del auto: Recomendaciones oficiales

Las dos grandes voces de la seguridad vehicular en Estados Unidos, la NHTSA (National Highway Traffic Safety Administration) y la AAP (American Academy of Pediatrics), son bastante claras en su recomendación principal: todos los niños menores de 13 años deben viajar en el asiento trasero. Esta es una directriz de oro, puesto que el asiento trasero es estadísticamente el lugar más seguro dentro de un vehículo durante una colisión.

Ellos establecen esta edad como un estándar conservador y seguro, ya que para ese momento, la mayoría de los niños han alcanzado una estatura y un peso que les permite usar el cinturón de seguridad de manera más adecuada. 

Puesto que la ley varía de estado a estado, esta recomendación de las agencias federales y pediátricas funciona como la mejor práctica a seguir. Sin embargo, esto sigue sin responder a la pregunta de los padres con hijos más altos o más robustos para su edad.

¿Y qué dice la ley en los estados clave?

Es importante entender que muchas leyes estatales sobre el «niño adelante del auto» se enfocan más en el tipo de sistema de retención infantil (car seat, booster seat) que en la ubicación del niño dentro del vehículo. A pesar de esto, la recomendación de mantener a los menores de 13 años en el asiento trasero es casi universal entre los departamentos de transporte. Aquí un vistazo a los estados con mayor población hispana:

  • California: La ley exige que los niños menores de 8 años o que midan menos de 4’9″ (145 cm) usen un sistema de retención infantil en el asiento trasero. La recomendación es que todos los menores de 13 años viajen atrás.
  • Texas: No existe una ley específica que prohíba a un niño viajar en el asiento delantero. Sin embargo, la ley requiere que los niños menores de 8 años, a menos que midan más de 4’9″, estén en un booster seat. Las autoridades promueven activamente la recomendación de la NHTSA.
  • Florida: La ley es menos estricta, requiriendo un sistema de retención hasta los 5 años. No especifica la ubicación en el auto, pero el Florida Department of Highway Safety and Motor Vehicles recomienda seguir las guías federales y mantener a los niños en el asiento trasero.
  • New York: Se requiere un sistema de retención infantil hasta los 8 años. El estado recomienda que los niños menores de 12 años viajen en el asiento trasero.
  • Arizona: Similar a California, los niños deben usar un booster seat hasta los 8 años o hasta que superen los 4’9″ de estatura. No se prohíbe el asiento delantero por ley, pero se aconseja fuertemente seguir la pauta de los 13 años.

Como se puede observar, aunque las leyes varían, la mejor práctica de seguridad es consistente: el asiento trasero es el lugar más seguro hasta que el desarrollo físico del niño sea el adecuado.

Niño adelante del auto: Prueba del ajuste perfecto o «5-Step Test»

Aquí es donde la evaluación física entra en juego. En lugar de depender únicamente de una báscula o una cinta métrica, los expertos en seguridad infantil promueven una evaluación práctica conocida como el «5-Step Test»

Esta prueba determina si el cinturón de seguridad del vehículo se ajusta correctamente al cuerpo del niño sin necesidad de un asiento elevador (booster seat). Para que un niño pueda sentarse adelante, debe pasar cada uno de estos cinco puntos sin excepción:

  1. Espalda completamente apoyada: ¿Puede el niño sentarse con la espalda baja tocando por completo el respaldo del asiento?
  2. Rodillas dobladas cómodamente: ¿Sus rodillas se doblan de forma natural en el borde del cojín del asiento? Si sus piernas quedan rectas, todavía es muy pequeño.
  3. El cinturón de hombro en su lugar: La banda diagonal del cinturón debe cruzar el centro del hombro y el pecho. Jamás debe tocar el cuello o la cara, ni deslizarse por debajo del brazo.
  4. El cinturón de regazo sobre los muslos: La banda inferior del cinturón debe quedar lo más baja posible, tocando la parte superior de los muslos y la cadera, nunca sobre el estómago. Un cinturón sobre el abdomen puede causar graves daños en órganos internos en un accidente.
  5. Postura correcta durante todo el viaje: ¿Puede el niño mantener esta posición de forma cómoda y natural durante todo el trayecto sin encorvarse o moverse de lugar?

Si la respuesta a cualquiera de estas preguntas es «no», el niño todavía necesita un booster seat y, por su seguridad, debe continuar viajando en el asiento trasero. La prisa por «graduar» a un niño al asiento delantero es comprensible, pero el objetivo final es garantizar su supervivencia en el peor de los escenarios.

En sí, la transición hacia el asiento del copiloto es un hito de madurez física, no cronológica. Así que la próxima vez que el hijo pregunte, la respuesta no estará en su certificado de nacimiento, sino en cómo su cuerpo interactúa con los sistemas de seguridad del auto. 

Lograr que un niño pueda sentarse adelante es una responsabilidad que recae en una evaluación consciente, porque aunque el destino sea el mismo, asegurar que lleguen bien es lo único que verdaderamente importa.

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