Debido a que están enlazados a las llantas, los únicos elementos del automóvil que tienen contacto con el asfalto, los amortiguadores son piezas clave en la seguridad y confort.
De no ser por estas piezas que forman parte de la suspensión, los viajes serían cansados e incómodos, ya que tienen como objetivo principal absorber las vibraciones y los impactos, de tal manera que garantizan un movimiento suave y controlado.
Debido a que están compuestos por un cilindro lleno de aceite, gas o aire y un pistón móvil, los amortiguadores tienen la capacidad de comprimirse y expandirse en respuesta a las imperfecciones del terreno, por lo tanto se puede decir que actúan como reguladores de movimiento.
¿Cómo funcionan los amortiguadores?
Más en específico, los amortiguadores están ubicados en cada rueda del auto y están conectados al chasis y al eje. Su funcionamiento se basa en convertir la energía cinética del movimiento vertical de la llanta en energía térmica a través de la fricción. Esto se logra mediante el movimiento que logra hacer el pistón dentro del cilindro.
Cada que se pasa por un camino irregular en una curva, los amortiguadores trabajan comprimiendo y expandiendo un fluido o gas en respuesta al movimiento de la suspensión. Al hacerlo, disipan la energía cinética de las irregularidades en la carretera, evitando que se transmita a la carrocería y a los pasajeros.
Amortiguadores del cuerpo humano
De manera similar, el cuerpo humano posee un sistema de suspensión complejo y sofisticado compuesto por huesos, articulaciones, músculos y tendones.
Por ejemplo, los huesos actúan como la estructura principal, mientras que las articulaciones permiten el movimiento flexible. Por otro lado, los músculos y tendones funcionan como amortiguadores, absorbiendo las fuerzas de impacto y proporcionando estabilidad durante el movimiento.
De hecho, el sistema de suspensión del cuerpo humano es mucho más complejo y adaptable que cualquier sistema artificial. Tanto los músculos como los tendones pueden variar la tensión y la rigidez en respuesta a diferentes tipos de movimiento.
Al caminar, los músculos de las piernas absorben los impactos del suelo, mientras que al correr, los tendones de Aquiles proporcionan un resorte para impulsar el cuerpo hacia adelante.
Del mismo modo, las articulaciones también juegan un papel crucial en la absorción de impactos. En la rodilla, por ejemplo, contienen cartílago, un tejido elástico que amortigua el impacto entre los huesos. A la vez, las articulaciones están rodeadas de líquido sinovial, que lubrica y reduce la fricción, lo que permite un movimiento suave y sin dolor.
Tanto en los vehículos como en el cuerpo humano, la amortiguación no solo busca brindar comodidad, sino también proteger los componentes internos del desgaste y la rotura. En los autos, los amortiguadores previenen el daño a la suspensión, la carrocería y los neumáticos, mientras que en el sistema musculoesquelético protege las articulaciones, los huesos y los músculos de lesiones traumáticas.