El impacto de la posible victoria de Trump a los fabricantes de autos

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Una oleada de ventas ha sacudido a las acciones de los fabricantes de vehículos europeos ante las preocupaciones sobre los posibles riesgos de colaboración comercial entre la Unión Europea y Estados Unidos.

El impacto de la posible victoria de Trump a los fabricantes de autos

Ante las crecientes preocupaciones sobre los posibles riesgos para la colaboración comercial entre la Unión Europea y Estados Unidos, si es que Donald Trump llega a ganar las elecciones, las acciones de fabricantes de automóviles europeos se han visto a la baja. 

Este suceso subraya la sensibilidad del mercado ante cambios políticos significativos, especialmente cuando esta situación pudiera influir directamente en el comercio internacional.

Y es que, la reciente elección de JD Vance por parte de Trump como su candidato para la vicepresidencia ha intensificado la presión sobre los inversores. Esta decisión ha generado incertidumbre y ha llevado a muchos a deshacer parte de sus posiciones en el sector automotor. 

Considerando la posibilidad de que Trump regrese al Despacho Oval trae consigo la sombra de políticas proteccionistas que podrían trastocar el comercio transatlántico, afectando de manera directa a los fabricantes de automóviles europeos.

Uno de los mayores temores en el mercado es la posible imposición de aranceles por parte de Trump a los autos europeos. Este riesgo se suma a la preocupación existente por las represalias de China, que ya ha impuesto restricciones temporales a las importaciones de vehículos eléctricos procedentes de Europa. En este contexto, la incertidumbre se convierte en el principal motor de las ventas en bolsa, con los inversores buscando minimizar riesgos ante un panorama político inestable.

Mucho se ha mencionado que sobre un posible arancel estadounidense del 20% a las importaciones de automóviles europeos, lo que podría tener un impacto severo no solo en el sector automotor, sino también en la economía europea en general, debilitando al euro y complicando las exportaciones. Así que las consecuencias de una política arancelaria de esta magnitud serían profundas, afectando tanto a los fabricantes como a los consumidores.

Por mientras, en el mercado bursátil, las repercusiones ya se están sintiendo. Porsche AG ha visto un retroceso del 5% en la Bolsa de Valores de Frankfurt, cerrando en 71.76 euros por acción. Este descenso es significativo, considerando que el fabricante de lujo alemán había marcado un récord histórico de ventas en Estados Unidos en 2023, con 75,415 autos vendidos , un 7,6% más que el año anterior. 

Otros fabricantes también han sufrido caídas notables por la posible victoria de Trump. Volvo, Mercedes-Benz, y proveedores de piezas como Forvia y Valeo han registrado pérdidas de entre el 1.6% y el 3.3% a lo largo de la jornada. Volkswagen, otro gigante de la industria, ha visto una disminución del 1.1% en su valor, cayendo por debajo de los 107 euros por acción.

Por su parte, otros fabricantes han mostrado una mayor resistencia en comparación. Stellantis, por ejemplo, ha caído un 0.88%, situándose en 18.49 euros por título. Esta relativa estabilidad podría reflejar una menor exposición al mercado estadounidense o una mayor diversificación en sus operaciones globales.

Este panorama actual destaca la interconexión entre la política y la economía global. Ante la gran posibilidad de que Trump vuelva a la presidencia de Estados Unidos representa un factor de incertidumbre significativa para los mercados europeos, especialmente para los sectores más expuestos al comercio internacional, como el automotor. De esta forma, los inversores deberán navegar cuidadosamente este entorno volátil, evaluando los riesgos y oportunidades que se presenten en los próximos meses.

A medida que se acercan las elecciones de Estados Unidos, es probable que la volatilidad persista. Las decisiones políticas en Estados Unidos tendrán un impacto profundo no solo en su economía interna, sino también en las relaciones comerciales con sus socios globales. Para los fabricantes de automóviles europeos, la prioridad será adaptarse rápidamente a los posibles cambios en las políticas comerciales y mantener su competitividad en un mercado global cada vez más desafiante.

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