Comienza el impacto de los aranceles a los autos chinos

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La disminución en las ventas y la adaptación de los fabricantes a las nuevas condiciones reflejan un cambio en el panorama automotriz.

Autos eléctricos chinos

La imposición de aranceles a los autos eléctricos chinos por parte de Estados Unidos y Europa es un tema que ha comenzado a tener un impacto significativo en el mercado global. 

Esta medida, impulsada por preocupaciones sobre la competencia desleal, ha generado una serie de reacciones en la industria automotriz, especialmente en Europa, donde varios modelos chinos han ganado terreno en los últimos años. 

A medida que estos aranceles comienzan a hacer efecto, es interesante observar cómo están influyendo en las ventas y en la dinámica del mercado.

En Europa, uno de los mercados más grandes y competitivos para los autos eléctricos, los aranceles impuestos a partir del 5 de julio han provocado una notable disminución en las ventas de vehículos eléctricos procedentes de China. 

El impacto de los aranceles en las ventas de autos chinos en Europa

Según datos de la firma de investigaciones Dataforce, en julio de 2024, las ventas de autos eléctricos chinos en Europa cayeron a menos de 14,000 unidades, una disminución considerable en comparación con las más de 23,000 unidades registradas en junio del mismo año. Este descenso es un reflejo directo de la introducción de aranceles que pueden llegar hasta el 48% para algunos modelos.

Marcas como MG, propiedad de SAIC Motor, y BYD, que han tenido un crecimiento significativo en Europa, están sintiendo el golpe de estas medidas. Por ejemplo,la primera marca citada, que había logrado establecer una sólida presencia en el mercado europeo, vio una caída del 38% en sus ventas en julio en comparación con el mismo mes del año anterior. Esto se debe, en parte, a la prisa por registrar vehículos antes de la fecha límite de los aranceles, lo que infló artificialmente las cifras de junio y dejó un vacío en julio.

Esta decisión de imponer aranceles no ha sido tomada a la ligera. La Comisión Europea ha justificado su postura argumentando que los fabricantes chinos, con el respaldo del Estado, están vendiendo sus vehículos a precios por debajo del costo de producción, una práctica conocida como “dumping”. 

Esto ha llevado a una situación en la que los fabricantes europeos, que operan en un entorno de costos mucho más altos, se ven en desventaja competitiva. Por otro lado, la respuesta de los fabricantes chinos ha sido intentar mitigar el impacto de los aranceles mediante la construcción de plantas de producción en Europa. 

BYD, por ejemplo, está invirtiendo en nuevas plantas en Hungría y Turquía, lo que eventualmente les permitirá evitar estos aranceles y competir en igualdad de condiciones.

Este impacto de los aranceles no se limita solo a los fabricantes chinos. Productores europeos que importan vehículos eléctricos desde China también están siendo afectados. Marcas como Polestar, que aunque es sueca, tiene una participación significativa del grupo chino Geely, han tenido que ajustar sus estrategias. 

Polestar ha comenzado a fabricar su modelo Polestar 3 en Estados Unidos para evitar los aranceles europeos. Mientras tanto, Xpeng, otro fabricante chino que se ha asociado con Volkswagen, está buscando establecer una planta de producción en Europa para asegurar su presencia en el mercado.

El debilitamiento de la demanda de autos eléctricos en Europa

Es importante destacar que la demanda de vehículos eléctricos en Europa ya estaba mostrando signos de debilidad antes de la imposición de los aranceles. Y es que con la eliminación de incentivos en Alemania, el mayor mercado automotor de Europa, ha contribuido a una caída del 37% en las ventas de autos eléctricos en julio. Este contexto complicado ha amplificado el efecto de los aranceles, haciendo que el mercado sea aún más desafiante para los fabricantes chinos.

Este panorama en Estados Unidos es similar, aunque las circunstancias específicas varían. Los aranceles impuestos por el gobierno estadounidense también se justifican por preocupaciones sobre la competencia desleal, pero en este caso, se centran más en proteger la industria nacional de autos eléctricos, que está en una fase de crecimiento acelerado. 

Sin duda, el trasfondo de estas medidas es un creciente proteccionismo en respuesta a la rápida expansión de la industria automotriz china, especialmente en el sector de los vehículos eléctricos. 

Tanto Estados Unidos como Europa están tomando medidas para asegurarse de que sus industrias nacionales no sean superadas por competidores que, según argumentan, no están jugando con las mismas reglas. 

Estas acciones han generado tensiones comerciales, y es probable que veamos más desarrollos a medida que ambas partes intenten negociar soluciones que minimicen el impacto económico mientras protegen sus respectivos mercados.

Queda claro que los aranceles a los autos eléctricos chinos están comenzando a tener un impacto tangible en las ventas y la dinámica del mercado en Europa y Estados Unidos. La competencia en el sector automotriz es feroz, y las medidas proteccionistas están remodelando el panorama de la industria.

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