El futuro de la industria automotriz en América del Norte, concretamente Estados Unidos y México, se encuentra en una encrucijada debido a las amenazas de aranceles por parte de Donald Trump.
Y es que en un intento por evitar los aranceles de importación impuestos por Estados Unidos sobre los autos chinos, los fabricantes de automóviles de China han considerado la posibilidad de establecer plantas en México.
Ante esa situación, Donald Trump ha dejado claro que si es reelegido como presidente de Estados Unidos, impondrá aranceles del 100% a los autos chinos fabricados en México.
En una reciente entrevista, Trump se dirigió directamente al presidente chino Xi Jinping, expresando su descontento con las grandes fábricas automotrices que están llegando a México y buscan establecer plantas con la posibilidad de que estos autos chinos ingresen a Estados Unidos sin contratar trabajadores estadounidenses.
Durante su presidencia, Trump ya impuso aranceles del 25% a los automóviles chinos. Si es elegido nuevamente, ha prometido aumentar estos aranceles al 50% para todos los productos fabricados en México y hasta un 60% para los productos fabricados en China.
Las consecuencias para México
Estas medidas proteccionistas podrían tener graves consecuencias para la industria automotriz mexicana y podrían anular efectivamente el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), también conocido como NAFTA, firmado por Estados Unidos, México y Canadá en 1992.
Este TLCAN ha sido uno de los acuerdos comerciales más grandes del mundo y ha fomentado el crecimiento económico y la integración regional. En 2017, Trump inició conversaciones para reemplazar el TLCAN con un nuevo acuerdo, el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Este acuerdo se firmó y entró en vigor en 2020, aunque con cambios menores en comparación con el TLCAN.
Sin embargo, la imposición de aranceles tan elevados por parte de Estados Unidos sobre los productos fabricados en México pondría en peligro la estabilidad y los beneficios del T-MEC.
México es uno de los principales socios comerciales de Estados Unidos, con miles de millones de dólares en bienes intercambiados cada año. Si se implementan aranceles tan altos, se corre el riesgo de desencadenar una guerra comercial que afectaría negativamente a ambas economías.
Las consecuencias para Estados Unidos
También es importante destacar que Estados Unidos importa alrededor de medio billón de dólares en bienes tanto de China como de México cada año. Estas importaciones son vitales para muchas empresas y consumidores estadounidenses, y los aranceles podrían aumentar los precios y afectar la disponibilidad de productos en el mercado.
En pocas palabras, las amenazas de aranceles del presidente Trump a los autos chinos fabricados en México representan un desafío significativo para la industria automotriz en el país.
Si bien es comprensible que las preocupaciones sobre el comercio y el empleo sean importantes para cualquier gobierno, es esencial encontrar soluciones que fomenten el crecimiento económico y la estabilidad en lugar de imponer barreras comerciales.