La adquisición de un auto representa, para muchos, una de las inversiones más significativas a lo largo de su vida. Sin embargo, la emoción inherente a la compra de un auto nuevo o usado puede, en ocasiones, nublar el juicio y conducir a decisiones financieras poco prudentes.
Entonces, es así que surge entonces una interrogante crucial: ¿Qué proporción de los ingresos mensuales debe destinarse al pago de la mensualidad de un auto para mantener un equilibrio financiero saludable?
Tradicionalmente, se ha hablado de la regla del 20/4/10. Se recomienda un 20% de enganche, ya que un buen enganche reduce el monto total del préstamo y, consecuentemente, los intereses.
Se sugieren también cuatro años de plazo máximo, porque los financiamientos más largos pueden parecer atractivos por sus mensualidades bajas, sin embargo, se termina pagando mucho más en intereses.
Finalmente el famoso 10% de los ingresos brutos mensuales: Este es el número mágico que, supuestamente, mantiene a cualquier persona a salvo de deudas excesivas.
¿Cuánto del sueldo se debe gastar?
Para los más conservadores, se considera ideal un 10-15% de los ingresos netos. Si se es de los que prefiere la seguridad financiera ante todo, este rango es el ideal. Permite tener un auto decente sin sacrificar otras áreas importantes de la vida, como el ahorro, la inversión o el entretenimiento.
Después, encontramos el punto medio, con un 15-20% de los ingresos netos. Si se está dispuesto a destinar un poco más al auto, pero sin descuidar las finanzas, este rango es un buen equilibrio. Con este porcentaje, se puede acceder a un auto más equipado o de una gama superior.
Por último, hay que mencionar el límite superior: 20-25% de los ingresos netos. Este rango es solo para aquellos que tienen sus finanzas muy bien organizadas. Si alguien se pasa de este límite, podría estar comprometiendo seriamente su futuro financiero.
Mensualidad de auto ideal: Factores adicionales a considerar
Se deben tomar en cuenta las otras deudas que se tengan. Si hay deudas de tarjetas de crédito, préstamos estudiantiles u otras obligaciones, se debería ser más conservador con el gasto en el auto.
Por otro lado, los gastos fijos son importantes. Renta, servicios, comida… todos estos gastos deben ser considerados antes de decidir cuánto se puede destinar al auto.
También hay que pensar en las metas financieras de cada persona. ¿Se está ahorrando para el enganche de una casa, para el retiro o para un viaje? Estos objetivos también deben influir en la decisión.
Igualmente, es crucial tener en mente el costo total del auto, no solo la mensualidad. Tener un auto implica más gastos que solo la mensualidad: seguro, gasolina, mantenimiento, tenencia, entre otros. Todos estos costos deben ser incluidos en el presupuesto.
Hacer bien las cuentas
Es fundamental hacer números propios. No hay que basarse solo en porcentajes. Se debe calcular cuánto dinero real representa cada rango en el caso particular de cada individuo.
Del mismo modo, es vital ser honesto con uno mismo. Hay que preguntarse: ¿Realmente se necesita ese auto tan caro? ¿O se podría ser feliz con uno más modesto?
Finalmente, siempre es importante considerar opciones. No hay que limitarse a autos nuevos. Un auto usado en buen estado puede ser una excelente alternativa para ahorrar dinero.
