Diseñar y crear un auto no se trata solo de dibujos y simulaciones por medio de computadoras, sino también de crear una maqueta de manera artesanal con modelado en arcilla.
A pesar de los avances de la tecnología un auto de arcilla permite a los diseñadores, no solo tener el diseño del vehículo en tamaño real, sino que también permite ir haciendo alteraciones.
Ahí es donde entra el trabajo de los modelistas que emplean una serie de herramientas para ir dando forma a los futuros vehículos de producción. Cuchillas y rasquetas de metal, finos lazos de alambre, espátulas de madera, cepillos y pinceles, son algunos de los utensilios que se emplean para trabajar en la arcilla.
En sí, este trabajo de concebir el diseño en un auto de arcilla es uno de los primeros pasos en el camino de la idea a la realidad. Gracias a su maniobrabilidad la arcilla, o plastilina industrial, es posible representar de forma realista las formas y proporciones de un vehículo.
Además, en el modelado en arcilla se puede modificar fácilmente. Es como si se estuviera trabajando en computadora utilizando las funciones de hacer y deshacer, solo que en tamaño real.
Y es que, aunque en la actualidad es más que común las simulaciones con ayuda de datos CAD y software de realidad virtual, los modelos de arcilla son indispensables para crear los autos antes de llegar a producción.
Por un lado, permiten representar de un modo real la interacción de formas cóncavas y convexas; por otra, un modelista es capaz de implementar más rápido los numerosos cambios habituales en el proceso de diseño. Sus manos son un complemento perfecto para los ojos del diseñador.
El proceso artesanal del modelado en arcilla
Todo el proceso de modelado comienza con una selección de bocetos realizados por los diseñadores. A partir de ellos, se crean modelos a escala 1:3 que se someten a discusión.
Para ello, se comienza con crear el modelo de arcilla que en realidad está hecho de plastilina industrial. Esta pasta para modelar se almacena en grandes barras en el horno del estudio exactamente a 60 grados centígrados para que adquiera la consistencia blanda de la mantequilla, ya que a temperatura ambiente, el material se endurece.
Para una maqueta a escala 1:3 se aplican a mano 220 libras (100 kilogramos) sobre un armazón de madera y espuma dura. En el caso de las maquetas 1:1 se llega a las 2,600 libras (1,200 kilogramos).
Una vez iniciado el proceso de crear el auto de arcilla, los modelistas trabajan con mucha precisión y detalle, siguiendo las indicaciones de los diseñadores. Para ello, utilizan instrumentos de medición y escaneo, así como proyectores que muestran las líneas de diseño sobre la arcilla.
Como resultado de este trabajo, se logra una maqueta que reproduce fielmente el aspecto de un auto de producción, con todos y cada uno de sus elementos exteriores e interiores.
El arte y la tecnología se unen
Finalmente, de cara a la producción en serie, el equipo de diseño registra las dimensiones mediante fotogrametría. Ahí, los datos 3D sirven de base para el posterior proceso de desarrollo digital.
Aunque esto se explica de manera sencilla, la realidad es que pueden pasar seis meses antes de que esté lista una maqueta 1:1. Debido a que tras el modelaje, se hace un trabajo detallado, a veces, apenas se distingue a simple vista si se está ante el vehículo real o ante una maqueta.