El número de personas que perdieron la vida en accidentes automovilísticos en Estados Unidos durante los primeros seis meses de 2024 sigue siendo alarmante.
Según un análisis preliminar del National Safety Council -NSC- (Consejo Nacional de Seguridad), aproximadamente 20,900 personas fallecieron en accidentes de tránsito evitables.
Lo más preocupante es que, aunque la cifra no ha aumentado en comparación con el mismo periodo de 2023, prácticamente tampoco ha disminuido, lo que refleja una tendencia estancada en la lucha por reducir las muertes en las carreteras estadounidenses.
El hecho de que las muertes no hayan incrementado podría considerarse un avance, pero también subraya la urgencia de intensificar los esfuerzos para hacer las carreteras más seguras.
Como bien señaló Mark Chung, vicepresidente ejecutivo de liderazgo y promoción de la seguridad en el NSC, “que las muertes no hayan aumentado es alentador, pero la falta de reducción es una señal clara de que debemos seguir actuando con urgencia”.
Lo que es aún más inquietante es que el millaje o kilometraje total recorrido por los vehículos aumentó menos del 1%, lo que significa que, en términos de proporción, el riesgo de muerte sigue siendo prácticamente el mismo.
Una solución para reducir las fatalidades en accidentes de tránsito
A medida que el país enfrenta este problema de accidentes de tránsito, el enfoque conocido como “Sistema Seguro” se está consolidando como la mejor opción para reducir las fatalidades.
Este enfoque se basa en cinco pilares clave: carreteras más seguras, velocidades más seguras, vehículos más seguros, personas más seguras y mejor atención tras un accidente.
Aunque esto puede sonar a sentido común, la implementación práctica de estas medidas requiere una colaboración entre todos los sectores de la sociedad: gobiernos, industria automotriz, legisladores y, por supuesto, los conductores.
Una encuesta reciente publicada por el NSC en mayo de 2024 reveló que la mayoría de los adultos en Estados Unidos están preocupados por su seguridad en las carreteras, así como por la de sus seres queridos.
Esta preocupación generalizada muestra que el problema no pasa desapercibido para los ciudadanos comunes, pero la cuestión es: ¿qué se está haciendo realmente para combatir esta crisis?
Tecnologías avanzadas que pueden salvar vidas en las carreteras
Uno de los avances más prometedores ha sido la propuesta del U.S. Department of Transportation (Departamento de Transporte de Estados Unidos), titulada “Vidas con Conectividad: Un Plan para Acelerar la Implementación de V2X”.
Este plan busca aprovechar las tecnologías inalámbricas para reducir los accidentes automovilísticos. Las tecnologías V2X permiten la comunicación entre vehículos, infraestructuras y otros dispositivos, brindando alertas tempranas que pueden prevenir accidentes.
Aunque esto suena futurista, lo cierto es que ya estamos viendo cómo estas tecnologías empiezan a implementarse en algunos vehículos. Sin embargo, su adopción masiva es clave para lograr resultados significativos.
Otra tecnología que se está estudiando es el sistema de prevención avanzada de conducción bajo los efectos del alcohol. La National Highway Traffic Safety Administration (Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras) está evaluando normativas que podrían hacer que esta tecnología sea estándar en los vehículos nuevos, lo cual podría prevenir miles de muertes anuales.
Se sabe que el alcohol es uno de los principales factores en accidentes fatales, y disponer de un sistema que bloquee el arranque del coche si el conductor ha bebido podría salvar muchas vidas.
El papel de los conductores en la reducción de accidentes de tránsito
Sin embargo, la implementación de estas soluciones no puede depender solo de los avances tecnológicos. Los propios conductores juegan un papel fundamental en la reducción de los accidentes.
El exceso de velocidad, la distracción al volante (principalmente por el uso del teléfono móvil) y la conducción bajo los efectos del alcohol siguen siendo las principales causas de accidentes de tránsito mortales. Aquí es donde entra en juego la educación y concientización, tanto a nivel individual como colectivo. Cada vez que alguien toma el volante, tiene la responsabilidad de no solo proteger su vida, sino también la de quienes comparten la carretera.
El hecho de que el número de muertes se mantenga prácticamente igual año tras año debería ser una llamada de atención para todos. No se puede resignar a que perder a más de 20,000 personas en las carreteras sea algo “normal”. Cada una de esas muertes representa una tragedia personal y familiar que podría haberse evitado.
Meta: Cero muertes en las carreteras, ¿es posible alcanzarla?
La meta del NSC y de muchas organizaciones es clara: alcanzar cero muertes en las carreteras. Aunque puede parecer una utopía, es una meta hacia la cual se debe avanzar de manera constante y decidida.
Alcanzar este objetivo requerirá un enfoque multifacético: mejorar las infraestructuras, asegurar que los vehículos cuenten con las últimas tecnologías de seguridad, establecer límites de velocidad más estrictos y, por supuesto, educar a los conductores para que adopten hábitos más seguros.