Cuando se pensaba que las tensiones entre Estados Unidos y China no podían ir más lejos, resulta que han alcanzado un nuevo nivel, esta vez en el ámbito de los vehículos inteligentes.
Y es que, el Departamento de Comercio de los Estados Unidos se prepara para implementar una serie de reglas que limitarán el uso de software chino en los autos inteligentes.
Este movimiento, que se suma a las prohibiciones y restricciones en otros sectores, como el de los vehículos eléctricos, centra la atención en el software que alimenta a los vehículos inteligentes, una pieza clave en la innovación automotriz.
Autos conectados a internet : El contexto y las nuevas reglas
Un alto funcionario del Departamento de Comercio de Estados Unidos ha confirmado recientemente que se están considerando nuevas regulaciones para los componentes electrónicos y programas informáticos de los autos conectados a internet .
Estas restricciones se enfocan en la tecnología automovilística, una industria que ha visto un crecimiento exponencial en la última década gracias a los avances en conectividad y recolección de datos.
Se puede definir como vehículos inteligentes aquellos que están diseñados para estar siempre conectados a internet, permitiendo la interacción continua con otros dispositivos tanto dentro como fuera del auto.
Este nivel de conectividad, aunque impresionante, ha levantado preocupaciones sobre la seguridad y privacidad de los datos. Alan Estevez, subsecretario de comercio de industria y seguridad, ha destacado que “un auto moderno tiene mucho software. Toma muchas fotografías. Tiene un sistema de conducción. Está conectado a tu teléfono. Sabe a quién llamas. Sabe a dónde vas. Sabe mucho sobre ti”. Estas declaraciones subrayan la gravedad de la situación y la necesidad de controles más estrictos.
¿Por qué ahora?
Realmente, la preocupación no es nueva. En mayo, la secretaria de Comercio, Gina Raimondo, indicó que su departamento estaba trabajando en nuevas reglas para los vehículos inteligentes que se implementarían en otoño.
Raimondo sugirió que la administración de Joe Biden podría tomar “medidas extremas”, incluyendo la prohibición de estos vehículos importados desde China o la imposición de restricciones adicionales. Esta postura se ha endurecido desde que en febrero se lanzó una investigación para determinar si las exportaciones chinas representan un riesgo para la seguridad nacional de Estados Unidos.
La reacción de China
Como era de esperar, China no ha tardado en responder. El Ministerio de Asuntos Exteriores chino ha instado a Estados Unidos a “respetar las leyes de la economía de mercado y los principios de la competencia leal”. Los funcionarios chinos argumentan que los autos chinos han logrado superar en ventas a ciertas marcas locales debido a su feroz competitividad y su innovación tecnológica. A pesar de que la importación de vehículos chinos en Estados Unidos es relativamente baja, el impacto de estas restricciones podría ser significativo.
Al mismo tiempo, el gobierno de Biden ha propuesto aumentar los aranceles sobre la importación de vehículos eléctricos chinos del 25% al 100%, una medida que podría entrar en vigor el próximo 1 de agosto. Esta subida de aranceles se suma a las crecientes tensiones comerciales entre las dos potencias económicas y podría tener consecuencias de largo alcance en la industria automotriz global.
¿Qué significa esto para el futuro?
Estas restricciones y aranceles representan un desafío significativo para la industria automotriz china, que ha invertido mucho en el desarrollo de vehículos eléctricos y autos conectados a internet.
Sin embargo, también plantean preguntas importantes sobre la seguridad y privacidad de los datos en un mundo cada vez más conectado. La preocupación de que los datos recopilados por estos vehículos puedan ser utilizados para espionaje o sabotaje es real y no puede ser ignorada.
Para los consumidores estadounidenses, estas medidas podrían traducirse en una menor oferta de vehículos inteligentes, mayores costos y menos opciones en el mercado. Por otro lado, también podrían significar una mayor seguridad y protección de la privacidad en el uso de estos vehículos.
En un momento en que la tecnología avanza rápidamente y la conectividad se convierte en una parte integral del día a día, encontrar un equilibrio entre innovación y seguridad es crucial.