Es común leer o escuchar en reseñas de autos, que un determinado modelo tiene una destacada rigidez, misma que se percibe en la conducción, sobre todo a altas velocidades y/o en caminos virados.
Y pues bien, este concepto de rigidez se refiere a la capacidad de un vehículo para resistir la deformación y mantener su estructura en condiciones de manejo exigentes.
OK, esta es la definición, pero ¿Cómo se puede detectar que tan rígido es un auto al conducir, qué tan importante es y de qué manera contribuye a la experiencia de conducción segura y placentera?
¿Qué es la rigidez de un auto?
Expresamente, la rigidez en un automóvil se refiere a su capacidad para mantener la integridad estructural y resistir la deformación bajo diversas fuerzas y condiciones de manejo.
Un chasis rígido es fundamental para garantizar una conducción segura y mejorar la eficiencia del vehículo, y dentro de esta rigidez existen dos aspectos clave: la rigidez torsional y la rigidez flexional.
En lo que se refiere a la rigidez torsional, es la capacidad de un vehículo para resistir la torsión o la torsión en su estructura. Cuando un automóvil se enfrenta a fuerzas torsionales, como las generadas al tomar una curva a alta velocidad, una estructura rígida minimiza la deformación y mantiene el vehículo estable.
Esto se traduce en una mejor respuesta de dirección y una sensación de manejo más precisa para el conductor. De igual manera, la rigidez torsional también es esencial para garantizar un agarre óptimo de los neumáticos en la superficie de la carretera, lo que mejora la tracción y la seguridad en las curvas.
Por otro lado, la rigidez flexional se refiere a la capacidad de un automóvil para resistir la flexión o la flexión en su estructura. Una mayor rigidez flexional reduce la vibración y la resonancia en el chasis, lo que se traduce en una conducción más suave y cómoda.
Al mismo tiempo, una estructura rígida minimiza la posibilidad de que los componentes del vehículo, como las puertas o el parabrisas, se delineen o produzcan ruidos no deseados. Esto contribuye a una experiencia de conducción más silenciosa y placentera para los ocupantes del automóvil.
¿Cómo se percibe al manejar?
Al conducir un automóvil con una alta rigidez, se perciben varios beneficios. En primer lugar, mejora la estabilidad del vehículo, logrando una sensación de seguridad y control al tomar curvas o maniobrar en situaciones de emergencia. Así, se experimenta una respuesta más directa de la dirección y una mayor precisión en la trayectoria del vehículo.
A esto hay que sumar que la rigidez en un automóvil contribuye a una mejor absorción de impactos. Durante la conducción, los automóviles están expuestos a irregularidades en la carretera, como baches e irregularidades. Una estructura rígida ayuda a distribuir y absorber las fuerzas generadas por estas imperfecciones, reduciendo así las vibraciones y los impactos transmitidos al habitáculo. Esto mejora el confort de los pasajeros y minimiza la fatiga del conductor en viajes largos.
¿Qué tan importante es?
Más allá de la sensación de manejo, la rigidez también desempeña un papel fundamental en la seguridad pasiva de un automóvil. En caso de colisión, un chasis rígido proporciona una estructura resistente que absorbe y dispersa la energía del impacto, protegiendo a los ocupantes del vehículo.
Ante ello, una estructura más rígida también permite una mejor integración de dispositivos de seguridad, como los sistemas de retención y los airbags, ya que proporciona puntos de anclaje más seguros y consistentes.
