Aunque a simple vista no lo parezca, los faros de un auto desempeñan un papel vital en la seguridad vial, proporcionando una visibilidad clara durante la noche y en condiciones climáticas adversas.
Por ello es importante que siempre estén limpios y para ello basta con lavarlos, ya sea cuando se lava el auto, o bien, mediante una limpieza profunda a los cristales. De hecho, este trabajo es esencial cuando los faros se ven opacos.
Y es que, con el tiempo, el cristal que forma parte del sistema de iluminación frontal puede volverse opaco y amarillento debido a la exposición a los elementos y al desgaste general.
Así pues, mantener los faros del automóvil limpio y en buen estado no solo mejora la apariencia estética del automóvil, sino que también contribuye a la seguridad al garantizar una iluminación óptima.
Las causas del deterioro de los faros
Es importante comprender que los faros se ponen amarillos y/o opacos por la exposición constante a los rayos UV del sol, el polvo, los contaminantes del aire y la humedad.
De igual manera, las pequeñas partículas de grava y los desechos de la carretera pueden rayar la superficie de los faros, afectando su claridad. Estos factores combinados pueden reducir la visibilidad y comprometer la seguridad.
Cómo limpiar los faros del auto
Para el proceso de limpiar los faros del auto hay que tener a la mano los siguientes elementos: agua tibia, detergente suave para automóviles, papel de lija de grano fino (2000-3000), paños de microfibra, cinta adhesiva y sellador de faros. Estos materiales ayudarán a eliminar la suciedad acumulada, pulir las superficies dañadas y proteger los faros contra futuros daños.
Preparación y protección
Comenzar por proteger las áreas circundantes de los faros con cinta adhesiva para evitar arañazos accidentales durante el proceso de limpieza. Luego, lavar la superficie de los faros con agua tibia y detergente suave para eliminar la suciedad superficial. Una vez limpios, secarlos completamente antes de pasar al siguiente paso.
Eliminación de la oxidación y el amarilleo
Para quitar el amarilleo son problemas comunes en los faros. Para solucionarlos, utiliza papel de lija de grano fino (2000-3000) humedecido en agua para lijar suavemente la superficie de los faros en movimientos circulares. Este proceso ayuda a eliminar las capas dañadas y restaurar la claridad. A medida que se lija el faro, hay que asegurar mantener la superficie mojada para evitar el sobrecalentamiento. Una vez que se haya terminado, se debe enjuagar los faros con agua limpia y secarlos completamente.
Pulido y sellado
Después de eliminar la oxidación, es hora de pulir los faros para obtener un acabado brillante y claro. Para ello, se debe utilizar un paño de microfibra y un compuesto de pulido específico para faros.
Una vez aplicado el compuesto en el paño se debe frotar suavemente la superficie de los faros en movimientos circulares. Esto ayudará a eliminar las imperfecciones y los arañazos superficiales.
Una vez que se haya terminado, retirar el exceso de compuesto y aplicar un sellador de faros para proteger la superficie de los futuros daños y mantener su brillo.