El Tour se le escapa a Nairo, que cede 28" ante Froome
Zakarin ganó escapado en la primera etapa de los Alpes, una jornada negra para el Movistar. El maillot amarillo, que llegó con Porte, se refuerza.
El Día Nacional de Colombia fue una jornada negra para Nairo Quintana, que cedió otros 28 segundos ante Chris Froome y dice prácticamente adiós a su sueño amarillo. Nairo no resistió el contraataque del líder del Tour, que cruzó la meta junto a un crecido Richie Porte. Pero la cosa fue a peor, porque tampoco pudo aguantar el ritmo de Adam Yates, Fabio Aru, Romain Bardet y Louis Meintjes. Nairo se queda ahora a 3:27 minutos: matemáticamente es todavía posible, pero si sufres en tu terreno, no hay ningún futuro. Cuando no vas, no vas. Alejandro Valverde llegó a 2:02 y se va más lejos en la general: a 5:19. Una pesadilla para el Movistar. El triunfo fue para el ruso Ilnur Zakarin, que se desquitó así de su terrible caída en el Giro. Segundo llegó otro colombiano, Jarlinson Pantano, que tampoco pudo celebrar la fiesta de su país con una victoria, aunque se llevó la consolación del más combativo.
Hay dos argumentos que circulan estos días para explicar el dominio del Sky y el sufrimiento del Movistar. Valverde explicaba recientemente que el equipo británico tira tan fuerte en cabeza, que apenas deja ya margen para el ataque. El Sky tiene el presupuesto más grande y puede fichar a potenciales vencedores de grandes vueltas para arropar a su líder. Sus gregarios son tan buenos que incluso responden en primera persona a los ataques. Lo hemos visto sobre todo con Wout Poels, pero también otros días con Sergio Henao.
El segundo argumento señala al biotipo de escalador de Nairo. Este año ha sufrido tanto con el viento en el primer tercio del Tour, que ha llegado a su terreno ya fundido. Si es por esta razón o por otra será un motivo de análisis para el Movistar en el futuro. El caso es que Quintana no va como las dos veces que hizo segundo. Ni como en 2013, ni mucho menos como en 2015. Para colmo ya ha perdido a dos gregarios: a Jesús Herrada, el pasado domingo con gastroenteritis, y a Gorka Izagirre, con fractura de clavícula este miércoles.
La primera de las cuatro etapas de los Alpes confirmó alguna de estas explicaciones. El Astana buscó endurecer la carrera para Fabio Aru desde el Forclaz, pero cuando se apartó el último corredor, Diego Rosa, por detrás reaparecieron los hombres de negro con tres currantes sobrevivientes: Henao, Poels y Nieve. Fue el momento que aprovechó Alejandro Valverde para liarse a tirones en la cabeza del grupo. Astana y Movistar podrían ser aliados, ya lo dijo Eusebio Unzué. Su objetivo era descomponer al Sky, pero solo logró descolgar a Henao, antes de dejarse caer para ceder dos minutos.
Era el turno de los gallos. Nairo lo intentó, no se puede negar. Primero respondió a la ofensiva de Porte, pero se quedó. Luego lo intentó en primera persona, pero no abrió hecho. Después sostuvo la arrancada de Froome, pero se abrió. Los ojos apuntaban a Nairo, pero las piernas las tenían otros. Por ejemplo Adam Yates, que metió 32 segundos a Bauke Mollema en la lucha por la segunda plaza. La primera, salvo hecatombe, ya parece tener dueño.
La lucha por la etapa tuvo a los mismos protagonistas que el pasado domingo. Jarlinson Pantano y Rafal Majka se destacaron de sus compañeros de fuga en el descenso del Forclaz. Ambos ya se habían jugado la victoria hace tres días. ¿Habría revancha del polaco? ¿O Pantano lograría el doblete en el Día Nacional de Colombia? Ni una cosa, ni la otra. Ilnur Zakarin llegó por detrás, atrapó a la pareja en plena subida al Finhaut Emosson y atacó para irse en solitario hasta la victoria. El miedo a las bajadas después de su caída en el Agnello durante el Giro le había paralizado las piernas camino de Culoz, pero esta vez había un final en alto. Hacia arriba es un cohete.